La primavera y la nostalgia

Grover Pango, autor de estas líneas

Son estos unos días extraños en que la primavera es casi solo una palabra. El clima ya no es el mismo –no sólo en el Perú- y de recordarlo se encarga Greta Thurnberg, una adolescente sueca de 16 años con Asperger, que en la mismísima apertura de la Cumbre de Acción del Clima en las Naciones Unidas, hace pocos días, acusó a los líderes mundiales de omisión y traición frente al cambio climático. "Nos están fallando. Pero los jóvenes están empezando a entender su traición", les ha dicho. Greta es un referente internacional desde que dejó de ir a la escuela los viernes, hace un año atrás, para reclamar por el clima frente al Parlamento de su país.

Será por esto que he sentido nostalgia por mi infancia tacneña, en la luminosa y bella avenida Bolognesi que por muchos años todos conocíamos como la “alameda” aunque no haya allí álamo alguno. Mis primeros recuerdos están localizados frente a dos pinos altísimos coronados por el sol, el ruido cercano y suave del Caplina que oculto corría bajo nuestros pies mientras la primavera estallaba en el florecimiento de las acacias, vilcas, buganvilias y jacarandás.

Entonces no existía el calentamiento global ni la amazonía se incendiaba ni los glaciares se derretían. El hombre no deja de aportar cambios; crece la esperanza de vida y sabemos qué ocurre en todas partes en tiempo real, pero también estamos cerca de la autodestrucción.