El valor de la gente

Grover Pango, autor de estas líneas

No es un reality de la TV naturalmente. Es una forma retórica de aludir a que las sociedades se “miden” de alguna manera y que, como luego se menciona, existen procedimientos para una medición colectiva a través del útil Índice de Desarrollo Humano (IDH).

Desde 1990, el PNUD presenta un indicador así llamado, el cual mide el avance promedio de un país en tres dimensiones básicas de desarrollo: una vida larga y saludable, la adquisición de conocimientos y el disfrute de un nivel de vida digno. Es decir, buena salud, educación excelente y la satisfacción de las necesidades físicas y espirituales. Así se busca saber si las personas –en sus respectivas sociedades- van alcanzando niveles óptimos de vida.

En el mundo, encabezando los 189 países con el IDH Muy Alto (2019) están Noruega, Suiza, Irlanda, Alemania y Hong Kong. En el otro extremo, los diez países con IDH más bajo se hallan en el África subsahariana. Nuestro país está ubicado en la categoría de IDH Alto y ocupa el lugar 89 en el mundo, pero es el décimo en América Latina.

Aunque no necesariamente hay un correlato entre los datos del índice y la madurez política de los países, no es difícil advertir que la estabilidad y la prosperidad de los más adelantados hacen sinergia con su mayor IDH. 

Digo todo esto pensando en los propósitos que viene madurando el Proyecto Educativo Nacional al 2036 y su búsqueda de formar ciudadanos plenos, con responsabilidades y derechos, con educación estimulante, permanente y no discriminatoria, saludables tanto física como emocionalmente y con condiciones para el bienestar material.