Transformemos el Perú

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Gustavo Saberbein, autor de estas líneas

No podemos seguir observando, atónitos, como pasa el tren de la corrupción, la desigualdad, la inseguridad, la pobreza y la falta de confianza en todo y en todos.

Ese es el camino de la derrota, de la implosion, de la nada por delante. Nunca hemos tenido una elite nacional, esclarecida, con capacidad de elaborar un proyecto nacional y llevarlo adelante, y por eso ahora pagamos.

Nuestros partidos políticos no tienen consigo el estudio de nuestra realidad actual, ni tampoco las propuestas específicas para el Perú de hoy. Solo tenemos las grandes y antiguas propuestas de Víctor Raúl Haya de la Torre, Jose Carlos Mariategui, y Víctor Andrés Belaunde, entre pocos otros.

Sin embargo, seguimos en el Peru de Gonzales Prada, en el vergonzoso tiempo de la traición a la patria, el robo al Estado, el engaño a los hermanos, la estafa a los socios, la deslealtad a los amigos; como como si el tiempo no hubiese transcurrido y no tuviéramos valores humanos.

Y todo ésto, justo, cuando vivimos un periodo de transición, de gran envergadura, la transición del
“Perú criollo” al “Perú mestizo”, y cuando no tenemos ni una elite criolla ni una élite mestiza, ni partidos políticos capaces de fijar el rumbo y marcar los pasos a seguir. Vivimos en el peor de los mundos.

Estamos en un periodo de anarquía política, debilitamiento del Estado y división nacional, con 30 millones de habitantes, pero muy pocos millones de ciudadanos.

Vivimos una Oclocracia propia de nuestro tiempo, que va camino a la dictadura, en los términos de Polivio y su teoría de la anaciclosis.

Todos y cada uno de los que contemplamos la grave situación actual, debemos comprometernos a transformar el país y ofrecer esperanza, con medidas concretas de cambio, honradez y persistencia, con el fin de hacerlas realidad con la unión y el trabajo de lo mejor de los peruanos, tanto del campo económico, como social y político.

Unánosmo y trabajemos juntos, para construir un Peru grande y justo, con los hombres y mujeres en contacto con la juventud, los obreros, los sindicatos, las organizaciones empresariales, los campesinos, los maestros, los técnicos, los profesionales, los intelectuales, los retirados, los informales, las organizaciones de los asentamientos humanos y los que tienen presencia en los medios y asi lo desean.

Un fraternal abrazo,

Gustavo Saberbein, PhD.
Chicago, 18 de febrero de 2020