Para aprender todos

Grover Pango Vildoso, autor de estas líneas

Frente a una contingencia inesperada, cruel, universal y diversa como el COVID-19 los miembros del Consejo Nacional de Educación vienen divulgando un conjunto de reflexiones que se pueden encontrar en su Facebook institucional.

En dos planos, Rosario Valdeavellano recoge la experiencia de su ahijada Jacinta de 9 años en el Cusco. Por su lado Hugo Díaz se ocupa del encuentro de alumnos y docentes en la escuela pública.

Jacinta dice que ahora tiene más profesores: su mamá le enseña a cocinar, su papá le explicó qué hacía en su trabajo y el abuelo cómo aprendió a leer recién a los 18 años. Rosario agrega: “¿Acaso eso no es educar? ¿O seguiremos pensando que se reduce a lo que ocurre en un espacio formal, limitado por sus paredes o las creencias de entrenamiento, muchas veces sin sentido, que algunos profesan?”

Hugo Díaz precisa que “Los primeros sondeos sobre el acceso a las modalidades de educación a distancia en las escuelas públicas señalan que el mayor porcentaje de estudiantes lo hace mediante la radio o la televisión”. Y que los docentes que “utilizan el Internet disponen de recursos variados y pueden utilizar metodologías de trabajo colaborativo, por proyectos, estudios de caso. Van conociendo el (…) equipamiento tecnológico en casa y se adaptan a las variadas situaciones.”

E incide en algo muy importante: “Será clave contar con una normatividad que no sea frondosa, detallista, excesiva en procedimientos (…) Confiemos en los maestros y hagámosle la vida más fácil para enfrentar los retos que asumen, muchos en condiciones muy precarias.”

Vivimos un año distinto y de esto, paradójicamente, podemos aprender todos.