Todo hace parecer que el Peru ha retrocedido siglos en el tiempo. EL ingeniero Eduardo de Habich, fundador de la UNI, en 1876, debe de estar revolcándose en su tumba.
En poco tiempo, el Estado peruano, con el ingeniero Vizcarra de presidente, ha dejado de contar con funcionarios públicos, suficientemente capacitados, como para programar y hacer ejecutar las escuelas, hospitales y otras obras públicas que el Peru requiere, haciendo uso para ello de las empresas de ingenieria y construcción peruanas.
Es por esta razón de incapacidad que, el gobierno de Vizcarra ha encargado a una empresa extranjera y a las empresas que esta empresa designe, la realización de obra pública por un monto de dinero multimillonario, con el agregado de que las obras se pueden hacer sin ningún respeto de las normas legales que al respecto existen en el Perú.
Las más de 100 mil obras, de todo tamaño, hechas por el segundo gobierno de Alan Garcia en el periodo 2006- 2011, incluida la culminación del primer tramo del tren eléctrico, que hoy moviliza todos lo días a miles de peruanos, no es posible hacerse hoy con el gobierno del presidente Vizcarra.
Y por qué, todo esto? Por dos razones fundamentales. Primero, el Estado peruano no tiene o no deja trabajar a los funcionarios públicos que saben de ésto. Es decir, por una gran incapacidad del gobierno de Vizcarra.
Y segundo, por haber contribuido a desprestigiar a las empresas de construcción peruanas. Y por qué? Por no saber orientar estratégicamente, la investigación y enjuiciamiento de ese grupo de personas sindicadas como corruptas, tanto de directivos de empresas constructoras, como de sus cómplices en el sector público.
Por esta segunda razón, un pequeño grupo de fiscales y jueces, que buscan sancionar a los corruptos, fuertemente apoyado por los medios de comunicación, han echado los orines por la ventana con el bebé incluido.
Dicho de otra manera, una incapacidad gubernamental tan grande que hizo posible que un pequeño grupo de fiscales, jueces y medios de comunicación, en su afán de extirpar un grupo de funcionarios del sector público y otro grupo de directivos de varias empresas, sindicados como corruptos, han terminado castrando al Estado peruano en su capacidad de hacer y desprestigiando y amonestando a las mejores empresas de construcción del Perú, incluido los cientos de ingenieros y miles de técnicos y subcontratistas afectados.
Bajo esta manera de pensar, para que el Perú progrese, pronto deberíamos de contratar un presidente extranjero, bien preparado y con capacidad de liderazgo nacional.
Gustavo Saberbein, Phd
Junio de 2020
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