El golpe de Estado fallido de Trump

Es claro que Trump quiso dar un golpe de Estado el miércoles 6 de enero pasado para quedarse en el poder por un tiempo indefinido más.

El intento de golpe de Estado tuvo como instrumento el movilizar la militancia de Trump para protestar y ocupar el Congreso, con el fin de interrumpir el desarrollo de las sesiones que habían en la Cámara de Representantes y el Senado.

Sesiones legislativas, cuya agenda única era aprobar las actas electorales enviadas por los diferentes estados de la Unión y dejar a Joe Biden expedito para que juramente como presidente de EUA el próximo 20 de enero.

De manera especial, Trump hizo uso de los grupos de supremacía blanca, tales como “Alt Riht”, “Ku klux Klan”, “Proud Boys” y muchos otros más. Además, parte de la policía lo apoyaba o se mantenía neutral y
esperaba que llegada la hora los militares lo respalden.

Estos grupos, al igual que los neonazistas, de sienten superiores a los miembros de otras etnias y se oponen a ellos, incluyendo los judíos.

Uno de dichos grupos, no hace mucho tiempo, quiso secuestrar a la gobernadora del Estado de Virginia, pero dado que el FBI los venía expiando, se les adelanto y evitó el secuestro a tiempo.

Para llevar a cabo la protesta y ocupación del Congreso, de hace catorce días, hubo una gran convocatoria entre los grupos de supremacistas blanca, por medio de sus plataformas digitales y otros medios de comunicación social, cuyo resultado fue la exitosa congregación de miles de ellos frente al Congreso.

Hubo también una visita previa al Congreso, el 5 de enero último, por parte de algunos dirigentes de dichos grupos de supremacía blanca, con el fin de reconocer el edificio a ocupar y algo poco sabido, teniendo como guía a algunos policías.

Hubo muchos supremacistas que acudieron a la protesta llevando consigo banderas con astas de madera y fierro que usaron como lanzas y algunos de ellos, llevaron dentro de sus mochilas, objetos contundentes, bombas Molotov e incluso armas de fuego.

Más aún, uno de ellos declaró a la prensa que ahora el “único remedio que queda es la muerte” Y que, la próxima vez van a venir “será con la Biblia en la Mano”

Los discursos de Trump, de uno de sus hijos, de su abogado Rudy Julianne, del senador Ted Cruz, entre otros, dados ante los miles de protestantes, que se congregaron frente a la Casa Blanca, estuvieron dirigidos a realizar una protesta violenta ante el Congreso y más, diciéndo, todos ellos, que Joe Biden había ganado fraudulentamente y que ello no debía ser permitido.

Los frenéticos discursos terminaron instando a los protestantes a que se movilicen desde donde estaban hacia el Congreso y que ahí hagan sentir su fuerza.

Es evidente que el reducido número de policías presentes delante del Congreso no fue casualidad, ya que era sabido en WDC que ese 6 de enero venía a protestar un gran número de trumpistas, incluido los grupos de supremacía blanca, razón por la cual algunos negocios próximos al Congreso cerraron por precaución sus puertas.

La guardia nacional y un mayor número de policías no acudieron ante los llamados que se hicieron dese el Congreso, sino dos horas más tarde, algo increíble. Incluso el jefe de Estado Mayor de Defensa, de quien en última instancia depende la guardia nacional, cabreó, el llamado.

Si los supremacistas blancos hubiesen sacado sus armas y hecho explotar algunas bombas molotov dentro del congreso y hubiese habido un número mayor de muertos, incluido algunos legisladores,Trump habría aprovechado este grave hecho para declarar que el país esta dividido y propenso a una guerra civil, situación ante la cual Trump extendería su mandato hasta estabilizar el país, abriendo un periodo de gobierno de consecuencias imprevisibles.

Pero, el intento de golpe de Estado de Trump no prosperó y él ha sido llevado a un nuevo juicio político que acabaría con sus pretensiones de volver a gobernar, entre otras penas más.