Un saludo a la victoria de Pedro Castillo y su compromiso por el cambio: el fin del modelo de sociedad neoliberal impuesto por Alberto Fujimori

La declaración que Keiko hizo luego de la resolución del Jurado NAcional de Elecciones, que dio a conocer como presidente electo al profesor Pedro Castillo, no hace sino confirmar su rechazo a aceptar al profesor Castillo como presidente del Perú.

Muchos de los aliados de la lideresa de Fuerza Popular, que hasta hace poco compartían su propósito y justificaban la necesidad de un golpe de Estado con el fin de corregir el llamado fraude de mesa, la han dejado políticamente sola, pues ellos han hecho un giro de 180 grados y ahora saludan al presidente electo y llaman a la unidad de propósitos para hacer frente a los problemas que nos aquejan.

Estas declaraciones han sido bien recibidas por la mayoría de la ciudadanía pues es claro que la superación de nuestros problemas requiere la mayor unión posible dentro de nuestro país.

Ello no significa, por cierto, que Pedro Castillo tenga que abandonar el propósito fundamental de su candidatura presidencial, cuál es el de sepultar el modelo de sociedad neoliberal que fue impuesto dictatorialmente por Alberto Fujimori y comenzar a construir un modelo capitalista de Estado de Bienestar a la altura de nuestras posibilidades.

El neoliberalismo que hemos soportado en las últimas tres décadas ha acentuado el carácter de nuestra economía exportadora de productos primarios e importadora de productos manufacturados al tiempo que aumentado nuestro sector informal. Con esta forma de organizar nuestra economía pasarán otras tres décadas y seguiremos siendo subdesarrollados, ni siquiera seremos un país en camino al desarrollo.

El neoliberalismo ha acentuado también la concentración empresarial de nuestra economía, concentración que impide la libre competencia y lleva el establecimiento de precios que afectan negativamente el consumo familiar de bienes —el de medicinas— y el consumo familiar de servicios, —como el de los créditos bancarios y de otras instituciones financieras—.

Y todo ello, sin dejar de regular los monosopmios que afectan negativamente los precios de venta de bienes de ciertos productores, tal como es el caso de una sola empresa que compra toda la leche de vaca producida a nivel nacional a precios rebajados por su dominio del mercado de compradores.

El inicio del cambio de modelo es fundamental para que nuestra economía esté al servicio de la sociedad y no para que nuestra sociedad esté supeditada, tal como viene sucediendo, al mercado.

Hay, sin embargo, problemas cuya solución es prioritaria en el corto plazo, tal como hacer frente a la pandemia del C19, cuya solución pasa por vacunar lo antes posible a la población nacional mediante la contratación de un mayor número de enfermeras y médicos. Ello significa, sin duda, transferencia de recursos dentro de los presupuestos públicos 2021 y 2022.

Cuanto antes se cumpla este objetivo de corto plazo, más rápido será posible la recuperación económica, generando así más empleo y mejores ingresos. Un crecimiento del empleo que deberá ser reforzado al abrigo de programas de empleo temporales, dado el retardo del aumento del empleo con respecto al incremento de la producción nacional.

Sin embargo, el esfuerzo de filigrana presupuestaria pasa por el apoyo del Congreso Nacional; es decir, por el soporte que deben tener por parte de los congresistas de izquierda así como por parte de los congresistas que se ubican en el centro del espectro político, si éstos no quieren verse envueltos con el desgaste de la derecha y reducir sus posibilidades de éxito en las próximas elecciones regionales y locales de 2022.

Así pues, es importante avanzar resolviendo los problemas de corto plazo sin hacer caso a los cantos de sirena de la derecha, cantos que tienen como propósito que el gobierno del profesor Castillo no lleve a cabo el cambio de modelo que nuestra sociedad requiere.