Una pinturita en el gabinete

Estaba cantado, y desde hacía tiempo. La permanencia de Guillo Bellido Ugarte como Presidente del Consejo de Ministros era, como lo han dicho y repetido hasta la saciedad políticos y medios de comunicación, insostenible. Era la fría mañana del pasado miércoles cuando empezó a correr rumores de su renuncia, para luego anunciarse una conferencia de prensa con el entonces Premier para las 5 de la tarde. Ocurrió, aunque después del escueto mensaje a la nación de Pedro Castillo Terrones diciéndonos que tomó la decisión de aceptarle la dimisión y que le “agradecía por sus servicios prestados”. ¿El o los motivos? No lo dijo, al punto que el propio Bellido declaró sentirse “sorprendido” de su salida. Lo más probable, apelando a la frase “tanto da el cántaro al gua que termina por rebalsarlo”, que las continuas faltas de respeto y las anunciadas voces en las redes sociales sobre una posible vacancia presidencial, hicieron que Castillo tomase la decisión de apartarlo del puesto.

Esa misma noche juramentó el nuevo gabinete, confirmándose al frente de la PCM a la ex-presidente del Congreso, Mirtha Vásquez. Otros 6 rostros ingresaron con ella. Llamó la atención la designación de Luis Barranzuela Vite como Titular del sector Interior en reemplazo de Juan Carrasco Millones. Fue sorpresivo por dos razones: la primera, por los malabares que hizo Carrasco para que sea aceptado como ministro, esto por los cuestionamientos a la incompatibilidad en el cargo por encontrarse como Fiscal Provincial (licencia sin goce de remuneraciones que fue variada por renuncia que fue posteriormente aceptada); es decir, ocupó en simultáneo durante dos días ambas funciones (del 29 de julio al 2 de agosto). Hoy, defenestrado del Ejecutivo, estará abocado, paralelamente a sus tareas profesionales, a ejercer su defensa en el proceso disciplinario instaurado en su contra por la Oficina de Control Interno del Ministerio Público. Lo que mal empieza, mal acaba. La segunda es la cercanía de Barranzuela con #Perú Libre, específicamente con Vladimir Cerrón y Guillermo Bermejo, este último felicitándolo públicamente por su reciente nombramiento.

Asimismo, el estrenado ministro como antecedentes el haber sido Oficial de la Policía Nacional del Perú durante 27 años, destituido en 1993 y repuesto por orden judicial, para finalmente ser pasado al retiro en el grado de Mayor PNP en el 2011. Amén de aproximadamente 150 medidas disciplinarias en su contra. Todo un digno representante para ocupar una cartera en este luminoso gobierno.

Además de todo este vademécum, y de su confinidad con estos controvertidos personajes políticos, lo preocupante es que tendrá bajo su mando, entre otras, a la poderosa y temida DIVIAC, otrora policía parapolítica del nefasto régimen del mitómano Vizcarra, que sirvió en muchos casos para perseguir judicialmente a opositores del entonces precario inquilino de Palacio de Gobierno, de la mano con la abyecta Fiscalía de la Nación de Zoraida Ávalos. También tendrá acceso a planes de inteligencia y a operativos sobre control de drogas principalmente en las zonas cocaleras (VRAEM).

Al otro lado de la orilla, Vladimir Cerrón estuvo alejado de esta crisis política al encontrarse distraído en las investigaciones fiscales que lo sindican como integrante de la organización criminal denominada los “Dinámicos del Centro”. Precisamente, el mismo día de la abdicación de Bellido, el Juez Jorge Chávez dictó prisión preventiva por 36 meses a, entre otros, Arturo Cárdenas Tovar, (a) “Pinturita”, Secretario de Organización de la franquicia #Perú Libre, por ser el posible responsable de la comentada organización delincuencial. Sin embargo, ello no ha sido impedimento para que alce su voz de protesta por la rauda marcha de su delfín Puka, y a través de las redes sociales amenazó -una vez más- al Presidente diciéndole que “deberá elegir ante la disyuntiva de lo conservador o lo revolucionario”, agregando que el “cambio de gabinete debe excluir a derechistas, caviares y traidores”. Un poco tarde para esto último, pues la suerte estuvo echada y la caviarada le ganó esta vez la partida.

Pero no todo es malo para el padre político de Castillo, porque ha logrado imponer a su abogado en un estratégico sector con un presupuesto anual de cerca de 11 mil millones de soles. Un apetecible botín para la cúpula cerronista.

No hubo un cambio de Titular en el Ministro del Interior, sino el ingreso de una pinturita al interior del gabinete.