Hacía un par de horas el expresidente estadounidense Donald había anunciado el lanzamiento de una nueva red social, la suya, Social truth (Verdad social, en español), cuando el New York Times informó que la red social del magnate y político estadounidense había sido atacada por un grupo de Anonymous.
Los vándalos cibernéticos no hicieron otra cosa que crear cuentas falsas para el expresidente. Una nada menos que de Ron Watkins, el teórico más caracterizado de los conspiracionistas de QAnon. Otra de Jack Dorsey, fundador de Twitter. A partir de ahí publcaron contenidos denigrantes.
El objetivo de esta plataforma, de acuerdo al comunicado que anunció su lanzamiento, es convertirse en un competidor de la comunicación interactiva, "Crear un rival del consorcio de medios progresistas y luchar contra las grandes tecnológicas de Silicon Valley, que han usado su poder unilateral para oponerse a voces en Estados Unidos", reza el comunicado.
La red social de Donald Trump estaba en la lsita de espera en la galería de aplicaciones de Apple, un paso necesario, consideraron los administradores, para atraer usuarios antes del lanzamiento previsto para 2022. Un intersticio utilizado por los piratas informáticos para acceder a la red social y publicar imágenes de cerdos defecando e insultos contra Jack Dorsey. Acciones, según ellos, en el marco de una "guerra en internet contra el odio".