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Miércoles 24 de noviembre 2021

Sirven si se practican

Por: Grover Pango Vildoso
Sirven si se practican
Foto: Difusión

 

grover_german@yahoo.es

El retorno a las clases presenciales ya parece indiscutible, tanto como admitir que la educación –la básica y la superior- requieren métodos, técnicas y orientaciones distintas, concordantes con los tiempos existentes y en previsión de los que han de venir.

En medio de la incertidumbre y el permanente cambio al que necesitamos habituarnos, resulta singular comprobar que existen propuestas sólidas y vigentes que no han caído en la obsolescencia ni tampoco fueron desplazadas solo por neologismos o algunas actualizaciones conceptuales. Me refiero al Informe “La educación encierra un tesoro” de UNESCO, aparecido hace 25 años.

Especialmente merecen atención los Principios de este documento, cuatro aprendizajes que el tiempo se ha encargado de validar y reconocer su pertinencia. Aprender “a conocer”, que es la esencia del hábito por saber más y proyecta su efecto a lo largo de la vida. Aprender “a hacer”, que fortalece la importancia de las competencias más allá de solo los conocimientos y reivindica a los trabajadores manuales. Aprender “a vivir juntos”, base de la convivencia, la equidad, la paz y la preservación de la vida, en especial frente a las amenazas planetarias. Aprender “a ser”, como una afirmación del valor de cada persona por sí misma, con sus atributos y la realización de sus sueños.

Al recordar este documento, más conocido como el Informe Delors (por quien lo condujo, el francés Jacques Delors), se hace más consistente la convicción según la cual estos principios son fecundos si tienen un correlato en la sociedad, que los valora y los hace suyos más allá de la escuela. Es lo que se hace, no lo que se dice.

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