El mejor libro que leí el 2021 fue "La utopía arcaica" de Mario Vargas Llosa refutando los ensueños de Arguedas sobre el mundo andino por pasadistas e inaplicables en este siglo. Vargas Llosa se ampara en las tesis de un libro de Uriel García contra el imperio incaico y los residentes andinos. Uriel es muy duro con sus paisanos cusqueños que no permiten el urbanismo y progresos materiales.
El escritor de origen hebreo Isaac Goldemberg nacido en Chepen habla de un Vallejo que llega a vivir en Nueva York y que se adapta muy bien al cosmopolitismo. Con eso quiere llamar la atención que lo andino puede y debe ser universal y no autorefugiarse en melancolías de lo que ya fue antes y no volverá.
"Me friegan los cóndores" decía Vallejo refiriéndose a las costumbres de reunirse en almuerzos dominicales familiares sea que vivas en Cajamarca o en Lima por ser de una provincianidad tribal donde se practica ese insano ritual criollo del "raje".
O esas fiestas orgiasticas huancainas donde los compadres y comadres se tumban unos contra otros ebrios o tíos y primos terminan recostados en paredes y huertas desbocados. O la violencia secular del "chariaje" en campos nevados en las que comunidades andinas se golpean hasta partirse huesos, narices y sangrar tanto para sacralizar pagos a la tierra con falsa energía humana, lo que es solo mixtificacion mágico religiosa.
Nunca tan válido estuvo Vallejo con su frase: "me friegan apus y kunturs* porque me hacen Opa** (* cóndores, ** tonto).