Wuan dolar

En 1984 la promoción de mi colegio vicentino Manuel Pardo de Chiclayo marchó embalada al Cuzco, tierra linda donde algún día estaré para siempre.

Fuimos en tren a Macchu Picchu y cuando el tren se detenía para cambiar de vías muchos niños se acercaban a vender sus mercaderías o con sus llamas y nos decian: "wuan dolar" para bajar del tren un momento y tomarnos fotos.

Ese era el precio de un buen recuerdo y tal cosa no ha cambiado. Muchos niños laboran así y no van al colegio porque si van no tienen ingresos. El campo está sin trabajar y a nadie le importa.

Lo mismo sucede en las brujas montañas de Huancabamba al pedir la compra de souvenirs de todo tipo como perfumes, yerbas y espadas de acero.

La idea es que eso tiene que revertirse porque no es niñez bien llevada tal situación. Que un niño pueda trabajar una parte de su tiempo pasa pero no todo el tiempo.

Si eso persiste somos sociedades espartanas que educan niños en la dureza de climas fríos o cálidos a la intemperie y no al estilo ateniense con equidad de hombre y naturaleza que de ello se trata y no cultivarse en desvirtudes materialistas pasajeras y neuróticas.