El presidente Belaunde es depuesto por el general Juan Velasco entre gallos y medianoche el 3 de octubre de 1968 y deportado en el acto a Buenos Aires.
La segunda fase militar a cargo del general Morales Bermudez decide regresar a la democracia, eso sí por escalas. Y convoca una asamblea constituyente como paso previo a las elecciones generales de 1980.
Todos los partidos acatan y hacen campaña. Todos, menos uno que es un "aparecido", frase de mi abuela para describir al inesperado espíritu que pena por las noches norteñas.
Belaunde hace gira nacional convenciendo a sus bases y de paso al electorado para ir de frente al proceso electoral presidencial. "Todo lo demás son distracciones inútiles", declara fogosamente en calles y plazas.
El pueblo peruano premia el gesto digno y altivo además de justo y Belaunde arrasa con 47% al Apra y a la izquierda. He ahí como un gesto puede hacer todo. Te da éxito y triunfos.