La más alta autoridad política de una nación dice: “[Mi país] tiene la tarea de convertirse, con responsabilidad y gradualidad, en un Estado de bienestar que asegure a la ciudadanía el acceso a servicios básicos de calidad. (…) Creo que ahí está el principal desafío. En establecer de una vez por todas un sistema previsional digno para aquellos que han trabajado durante toda una vida por la Patria; un sistema de salud que garantice que ante la enfermedad todos y todas tendrán la oportunidad de tener un tratamiento, que dispondrán de los medicamentos y que serán atendidos con respeto; un sistema educacional que garantice la igualdad de oportunidades para todas y todos los niños y jóvenes de nuestro país. A esto se suma, además, garantizar la seguridad ciudadana a través del combate del narcotráfico, el crimen organizado y la violencia permitiendo que todos y todas puedan vivir en libertad en sus barrios y desarrollarse plenamente.”
“Estado de bienestar” es aquel que atiende y satisface las necesidades básicas de sus ciudadanos (Educación, Salud, Seguridad, Trabajo) con un criterio de equidad. Entendido así podría aplicar perfectamente al Perú y a los países del continente, con sus matices. Pero ¿cómo vamos en esos cuatro ámbitos? Aplicando una evaluación cualitativa deberíamos calificarlos como: (A) Altamente satisfactoria; (B) Medianamente satisfactoria; (C) No satisfactoria; (D) Deplorable o penosa. ¿Nos animamos a hacerlo con el Perú?
Fue el presidente de Chile, Gabriel Boric, quien respondió a las preguntas sobre los desafíos de su país cumplidos los 50 años del luctuoso derrocamiento de Salvador Allende.
[14set23]