Preparando una ponencia verificaba que ha habido enormes esfuerzos para mejorar la educación peruana. Y vaya que casi siempre logramos desandar lo andado.
Creo que hay tres tipos de caminos hacia el fracaso. El primero es la incapacidad para ponernos de acuerdo a partir de ignorar o descalificar a quienes están buscando lo mismo. El segundo aparece cuando, logrado un acuerdo, alguien decide romperlo o descontinuarlo. El tercero es creer que se posee el don de encontrar el problema y su solución casi por iluminación divina, ignorando los esfuerzos anteriores. Se llama también “el complejo de Adán” y es muy frecuente. Agregaría a esto la tendencia a imitar lo que tal o cual país hizo y le fue bien, sin reparar en que tenemos singularidades y diferencias.
“Materiales para otra morada” es un libro de Jorge Basadre, cuyo título proviene de un relato con potente valor pedagógico que el autor usa al abrir el libro: cuatro hombres discuten sobre el estado y el destino de la cabaña que habitan. El primero dice que es tan desagradable que lo mejor es prenderle fuego; el segundo opina que se debe aprovechar lo poco bueno que tiene y eliminar el resto; el tercero opina que lo mejor es abandonarla e irse a otra parte; por su parte el cuarto habitante dice que, efectivamente, la cabaña no responde a sus anhelos, pero tiene varias cosas aprovechables y si todos ellos se organizan y trabajan juntos aportando lo mejor que tienen, será posible levantar una mejor morada que corresponda a sus anhelos. Es decir y en lenguaje actual, veo lo que tengo, lo mejoro y hago o consigo lo que me falta.
Pareciera que el relato de Basadre sigue vigente.