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Jueves 12 de octubre 2023

El otro continente y su invasión por Europa

Por: Arturo Ojeda Salazar
El otro continente y su invasión por Europa
Foto: Difusión

 

Hoy, 12 de octubre, se conmemora un año más del avistamiento de tierra por la expedición de Cristóbal Colón en 1492. De esa fecha la actual son muchas las lecturas que se han producido. Deseo incorporar un enfoque renovador al respecto, haciendo uso de la Teoría del Espacio-Tiempo Histórico formulada por Haya de la Torre desde el año de 1936. Como es sabido, desde esa fecha, el fundador del aprismo inició la publicación de artículos en los que exponía y desarrollaba lo que llamó la Filosofía del Espacio-Tiempo Histórico. La misma que se esustenta en el amalgamamiento de la dialéctica materialista hegeliano marxista y la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein. Postulando una síntesis de enunciados filosóficos y físicos, logrando un producto filosófico-científico. Es decir, una teoría sustentada en bases científicas del más alto reconocimiento.

Como es de conocimiento, la relatividad einsteiniana postula la existencia del continuo espacio-tiempo, en una explosión, a la que se le ha llamado, el “Big Bang” que dio pie a la aparición del Universo. Esa energía inicial se ha ido expandiendo desde entonces (se calcula 13 mil millones de años), tomando diversas formas. Una de las cuales es la materia. Ocurre que aquélla concentra energía, la cual ocasiona una fuerza gravitacional. Tan grande como sea su masa. Es así como aparecieron las fuerzas gravitacionales de los astros, planetas y satélites del universo. De manera, que la cercanía a una entidad material energizada tiene capacidad de distorsionar la marcha de otros elementos próximos a su alrededor. Esa distorsión es la que relativiza cualquier cálculo que se haga sobre su desenvolvimiento, tanto en el espacio como en el tiempo, que se unen en un contínuo. Esta teoría es la que quedó demostrada en la segunda década del siglo pasado, con el célebre eclipse solar que demostró la curvatura de los rayos de luz, distorsionados por la presencia del astro de nuestro sistema solar.

La dialéctiva relativista

El apretadísimo resumen expresa la síntesis del relativismo físico, sin cuestionamiento en la ciencia contemporánea. A partir de ella, el avance de la ciencia pudo acelerarse como no nunca antes tuvo parangón en la historia humana. Por otro lado, en la ciencia existe el reto de encontrar la Gran Teoría, que sepa unificar en un solo enunciado el funcionamiento del Universo. Desde aquí consideramos que en la base de la misma ha de encontrarse la Relatividad de Einstein. No obstante, hemos de preguntarnos cómo podría aplicarse al desempeño de la vida social humana. ¿En los términos de la teoría de los fenómenos macro sociales, es posible adoptarla? Para ello, partimos de la dialéctica materialista, que se centra en la explicación del devenir a partir del desenvolvimiento de la materia en un proceso dialéctico, de negación de la negación. El mismo que expresa movimientos lineales, pero al que hay que incorporar variables exógenas, las mismas que distorsionan los procesos endógenos. Esas influencias externas determinan nuevos rumbos para los procesos abiertos incialmente. De manera que en todo proceso evolutivo, deben contemplarse en forma similar, los procesos internos como los externos. Los cuales tendrán mayor incidencia, dependiendo de las energías con las que cuente cada una de ellas. ¿Influenciado o influenciabilizador? Son las dos alternativas para cualquier entidad. La primera con valores débiles o negativos. La segunda, con valores fuertes o positivos. En el aspecto social, ellos serán producto de las sinergias que aparezcan de los cuatro factores fundamentales de un sistema social: sociedad, economía, política y cultura (sin que el orden expuesto singnifique ningún tipo de jerarquía).


La invasión al otro continente


Luego de la necesaria presentación metodológica, pasemos a exponer nuestros conceptos respecto al significado de la fecha del 12 de octubre de 1492. Hemos de empezar, subrayando que a ambos lados del Océano Atlántico habían miles de años de historia ya en proceso. La Cultura Caral, en la costa central peruana, era contemporánea de la egipcia en el norte de África, mientras muchos lugares de Europa eran habitadas por hordas aún bárbaras. La gran diferencia reside en las características geográficas, las mismas que determinarán la creación de tecnologías. No son lo mismo los escarpados Andes que las planices del Oriente Medio. Otro factor determinante ha sido la fauna, fundamental para la alimentación como para el desplazamiento de los pueblos. En el Continente Solitario, no hubo ni reses ni caballos, vitales para el desenvolvimiento de las culturas euroasiáticas en la relaciòn con su entorno geográfico.

Sea como fuese, hasta aquella fecha, habían dos procesos históricos en curso. Uno autónomo y autárquico, sin influencias foráneas, el cual alcanzó magnificencia y grandes logros, tanto en términos económicos, sociales y culturales; en camino al encuentro y unificación, pacífica o forzada, no se puede saber, pero que hubiera dado origen a la más colosal civilización del planeta. Proceso que se vio interrumpido a la llegada de Cristóbal Colón y sus tres carabelas. El navegante genovés, dejaba atrás a una Europa sumamente dividida y debilitada, por largo tiempo asediada por el mundo musulmán. Otra cultura religiosa amalgamadora de sociedades y cultura, en muchos aspectos responsable de resguardar conocimientos científicos y filosóficos que se extraviaron en las culturas mediterráneas, con Grecia, Roma y Constantinopla, desplomadas una tras de otra, a lo largo del tiempo. No obstante, otra invasión, la de Hispanía por los musulmanes en el año 711 de la presente era abrió el camino a un nuevo proceso, en el que apareció Al Andaluz, en el territorio de la Península Ibérica. Sería el inicio de un proceso de 8 siglos, al final del cual nacería España. Sí, la España que conocemos que no es producto sino del mestizaje árabe-europeo o cristiano-musulmán.

Ya solo realizando un análisis de la historia de la Península Ibérica en el período 711 a 1492, podríamos demostrar la validez de la Teoría del Espacio-Tiempo Histórico. De cómo la gravitación social existe, tomando como eje la articulación sinérgica de los factores sociales, económicos, políticos y culturales. Impulsando energías colectivas que terminan por imponer costumbres, creencias, prácticas, modos de producción y de gobierno. Las cuales en su conjunto, constituyen sociedades y culturas que se consagran en el tiempo. Los españoles que llegaron a la isla de Guanahani, eran expresión de una cultura en ciernes. Aún no consolidada. En ese pequeño espacio peninsular, cuyo nombre lo adoptaron de las tribus íberas, asentadas en ella, eran una masa aún amorfa. Con reinos divididos, lenguas diferentes. Pero que tuvieron suerte, al aparecérseles un navegante aventurero, Colón. El descubrimiento, invasión y saqueo, permitieron la consolidación de España como un solo reino. Y desde ahí el financiamiento y desarrollo de la llamada Modernidad (europea), producto propio del proceso evolutivo de las culturas occidentales. Las que sucesivamente, en un proceso integrado, construyeron la llamada Civilización Occidental. Inexistente aún en 1492.

En el Continente Solitario, existían, dos grandes culturas unificadoras, la Azteca y la del Tawantinsuyo. La primera en gran parte del centro y norte del continente, y la segunda, a lo largo de la Cordillera de los Andes. Ambos herederos de dos grandes culturas matrices, la Olmez y la Chavín. Estructuradoras de los llamados Horizontes Culturales, de los cuales se alimentaron otras organizaciones socio-históricas menores. Aztecas e Incas, representaban la cúspide del desenvolvimiento de las capacidades socio-culturales iniciados miles de años antes. Los que se vieron interrumpidos por la invasión española. Cuya mayor arma fue, sin querer, la bacteriológica. A ésta, se unió la tecnologia de guerra y la felonía, productos característicos de la Europa medieval.

Lecciones que aprender

Hay diversas formas de mirar la historia, como diría Fernand Braudel. Ello implica tener diversos horizontes, es decir profundidades. Cada uno, dependiendo de qué tipo de usos le quieras dar al conocimiento adquirido. Para resolver los que tienen larga data, hay que ir a la raíz. La criminalidad, la pobreza, el subdesarrollo, tienen bases estructurales, que se encuentran en el inicio de nuestros procesos históricos. Ergo, hay que mirar muy hasta el fondo. Y eso no es sino cuando la conquista. Nuestras naciones arrastran cadenas que no se perdieron con las llamadas “independencias” de hace 200 años. Por el contrario, en algunos casos, empeoraron. Hay que entender el proceso histórico entonces. Una primera etapa de autonomía histórica. Una segunda de subordinación colonialista de 300 años. Una tercera etapa de divisiones estaduales y subordinación neo-colonial a dos imperios extranjeros (británico y yankee), a la que corresponden las “repúblicas”. La que lleva ya 200 años. Tiempo en el que no hemos llegado a recuperar nuestro norte, el camino iniciado de la unificación. En el que nos encontrábamos inexorablemente antes de la llegada europea. Ciertamente, no pueden ser 500 años perdidos. Bajo el concepto de ambivalencia, hemos perdido tiempo, pero hemos ganado fortaleza humana. Hegel, calificó a América como el “continente del futuro”. Hoy en día, el futuro es esperanza. Nuestro Continente, es el de la Esperanza. El crisol de razas, conocimientos y culturas. Situación a la que solo llegaremos, lo reitero incansablemente como los maestros precursores, construyendo la unidad continental. Ése es nuestro reto. Eso es lo que importa. Unidos, todo lo podemos. Desunidos, poco somos.

Yachaywasi, 12 de octubre de 2023

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