Un para qué en la educación

Por la importancia de su tarea, siento que es un deber recordar y abundar en lo que es y para qué sirve el Consejo Nacional de Educación. Hace 22 años se lo reincorporó como órgano del Sector Educación pues años antes había sido eliminado. Es que resulta indispensable que alguien explique y promueva la cooperación entre la sociedad civil y el Estado. El asunto de las “políticas educativas” merecía no sólo que se formulen, ejecuten y luego se evalúen sino que, aun cuando la Educación en su versión formal es una actividad que necesita manejarse técnica y profesionalmente, tiene fenómenos previos y concurrentes que la hacen distinta de todas las otras disciplinas, derechos o servicios del ser humano.

Para ello se hacía necesario “pensar la educación” y proponer unas orientaciones que, como país, nos permitan entender qué hacer y a quién corresponde participar en semejante esfuerzo. Eso es, en concreto, lo que busca el producto básico encargado al CNE: un Proyecto Educativo Nacional.

La mayoría de quienes leen SCOPIO de seguro no son educadores y siendo así el asunto educativo les podría parecer lejano. Pues resulta que no es así. Nada tiene tanto impacto en el corto plazo y trascendencia en el largo plazo que lo educativo. Lo que juega y lo que nutre a un niño, lo que ocurre cuando va o regresa de la escuela así como lo que piensa o decide un adulto conllevan o expresan algo inevitable: la educación recibida. Ir a la escuela o universidad es uno de los procesos educativos sin duda muy importantes. Pero se educa en todo y con todo. Por eso la educación es un asunto que nos concierne a todos y no sólo a su Ministerio.