Washington D.C.- Nunca antes un civil tuvo tanto poder sobre el hombre más poderoso del mundo. Pero ella no era una funcionaria más, era también su amiga personal.
La ex asesora de seguridad nacional de EE UU Condoleezza Rice reveló en una entrevista que le “prohibió” de forma tajante–a pesar de que no tenía competencias para ello– al presidente George W. Bush volver a Washington tras los atentados del 11 de septiembre del 2001.
En declaraciones a la emisora británica Channel 4, Rice dijo que le ordenó a Bush que se quedara en Florida para mantener su seguridad y después le colgó el teléfono.
“El presidente estaba bastante molesto conmigo, por decirlo de manera diplomática”, añadió Rice en un extracto de la entrevista que será difundida esta semana. Su actitud, sin embargo, se debió a que nadie sabía qué podía pasar y a que la Casa Blanca podía ser objetivo de un atentado, agrega.
“Conozco al presidente desde hace mucho tiempo y sabía que no quería otra cosa que estar en su sitio y tomar el mando”, cuenta también Rice, que ocupó el cargo de asesora de seguridad nacional entre el 2000 y el 2005, para luego ser secretaria de Estado, del 2005 al 2010.