Washington D.C.- EE UU aplicó ayer la pena de muerte a Teresa Lewis, la primera mujer desde el 2005, con la aplicación de una inyección letal en la prisión de de Greensville, en Virginia.
Pese a una intensa campaña por parte de organismo de derechos humanos, Lewis fue ejecutada a las 9 de la noche hora local (01:00 GMT del viernes), como estaba previsto, tras pasar su último día en una celda sin ventanas, vigilada exclusivamente por mujeres, y reunirse con sus abogados, su hijo, su hija y su nieto de un año.
Según testigos, la prisionera de 41 años se encontraba tranquila minutos antes de morir e, incluso, pidió pollo frito y un pastel de manzana como última comida.
Lewis, quien sufría retardo mental, fue condena a muerte en el 2003 luego de haberse declarado culpable de haber ordenado a dos hombres, uno de ellos su amante, que asesinaran a su marido y su hijastro, Julian y Charles Lewis, en el 2002.