La iraní Sakineh Mohammadi Ashtiani, condenada a morir por cometer adulterio, no fue ejecutado hoy, así lo confirmó Bernard Kouchner, ministro francés de exteriores
Sin embargo la condena aún sigue latente. Las autoridades iraníes dijeron hoy que Ashtiani “está en perfecto estado de salud, y se halla en la prisión de Tabriz (noroeste). (...) Su caso sigue su curso a nivel de tribunales de provincia”, dijo el responsable de la justicia local, Malek Ajdar Sharifi, citado por la agencia oficial Irna.
Este caso ha sido rechazado por toda la comunidad internacional. La presidenta electa de Brasil, Dilma Rousseff, se declaró “radicalmente contraria a la lapidación de la mujer iraní”, aunque aclaró que no tiene por ahora “ningún estatuto oficial” que le permita intervenir en el asunto.
Asimismo, el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, dijo que el aplazamiento de la ejecución de Ashtianí demostraría un “paso en la dirección correcta” en ese caso. La Casa Blanca también pidió a Irán que detenga la ejecución de la mujer.