Tras el exitoso rescate de los 33 mineros chilenos, la gran interrogante salta por sí sola: ¿Que pasó con el (o los) dueños de la mina San José? ¿Fugaron o se los comió la tierra? No. La respuesta de Marcelo Kemeny, unos de los propietarios, es que fue un "accidente difícil de predecir". Por ahora el yacimiento está cerrado.
"Según lo que otras personas han dicho y lo investigado por nosotros, esto fue un gran accidente imposible de predecir. Todos lo lamentamos mucho", dijo Kemeny en una entrevista que publicó el diario El Mercurio de Chile.
Asimismo, aseguró que se comprometió a asumir los costos que se deriven del operativo de rescate. La cifra estimada oficialmente ronda los 23 millones de dólares y corrieron por cuenta de la estatal Codelco. "Estamos dispuestos a afrontar lo que sea, a asumir lo que corresponda pagar", indicó.
Como dato: El futuro de la minera San Esteban está en manos de un interventor que deberá encontrar una fórmula para evitar la quiebra debido a las deudas de la empresa, que ascienden a unos 9 mil millones de pesos chilenos (18 millones de dólares).