Wellington.- John Key, primer ministro de Nueva Zelanda, señaló que después de 5 días bajo tierra hay muy pocas probabilidades de que los 29 mineros se encuentren con vida, así lo señaló ante el parlamento del país.
“Las familias están frustradas, nosotros estamos frustrados, el país está frustrado”, dijo Key desechando cualquier esperanza de vida de los atrapados.
El motivo por el cual los rescatistas no pueden bajar a la mina, es que esta sigue llena del mismo gas metano que originó la explosión que hundió el yacimiento de carbón. Lo cual hace muy peligroso el ingreso del equipo de salvamento.
La última esperanza de saber si los mineros estaban con vida era un robot, que lamentablemente se averío por la humedad del lugar. Y los repuestos de éste recién serán enviados en la noche desde los Estados Unidos.
Al parecer los únicos que no pierden la fe son el equipo de rescatistas. "Las condiciones a las que se enfrentará nuestro personal son potencialmente hostiles, y estamos listos para bajar en cuanto nos lo permitan", dijo Trevor Watts jefe del equipo.
Cuando se les dé luz verde para entrar a la mina Pike River Coal los socorristas entrarán con un equipo de 25 kilos para poder respirar y caminarán 2,5 kilómetros cuesta arriba para llegar a los mineros atrapados.
Son 25 neozelandeses, 3 británicos, 2 australianos y 1 sudafricano. Los 29 mineros atrapados oscilan entre las edades de 17 y 62 años. Y de confirmarse el fallecimiento de estos, sería la mayor tragedia minera desde 1896 cuando fallecieron 69 mineros sepultados por una deflagración de gas metano.