Oslo.- Los mil invitados a la entrega del premio Nobel de la Paz aplaudían a una silla vacía, una silla que representó al disidente chino Liu Xiaobo, quien no pudo asistir a recibir su premio por estar preso en China, la superpotencia económica que no admite críticas a su política. Irónico cuando el premio se entrega precisamente el Día Internacional de los Derechos Humanos.
La de ayer fue la primera vez en 74 años que un galardonado ni nadie de su familia pudo acudir a recibir el Nobel de la Paz. Antes hubo cinco casos en los que los premiados no asistieron, pero sí alguno de sus familiares, comento el sitio web informador.com.mx
En 1935 el Comité del Nobel noruego premió al pacifista Carl von Ossietzky, quien se encontraba en un campo de concentración y que fue impedido por Adolfo Hitler a recibir el galardón, pero en su lugar acudió su esposa. Caso similar fue el del pacifista ruso Andréi Sajarov, cuyo premio fue a recoger su mujer, Yelena Bónner.