Washington D.C.- Con un rostro desencajado y sin poder evitar su dolor por la masacre ocurrida en Tucson, el presidente estadounidense Barack Obama reconoció que su país está polarizado políticamente pero hizo un llamado a mantener la “unidad” en medio de las diferencias.
El mandatario, quien llegó ayer a Arizona junto a su esposa Michelle, exhortó a sus conciudadanos a comunicarse en “una forma que sane, no una manera que hiera”.
Obama, además, visitó en u hospital a la congresista demócrata Gabrielle Giffords, quien recibió el impacto de una bala y su estado de salud es grave pero estable.
Las autoridades creen que Giffords fue el objetivo del tiroteo registrado el sábado. Fue el primer intento de asesinato contra un miembro del Congreso en décadas. Un sospechoso está detenido y las autoridades dicen que actuó solo.