Manama.- A casi una semana de la renuncia del presidente egipcio Hosni Mubarak, una nueva revuelta amenaza a otro país del Medio Oriente: Bahréin.
Hoy el gobierno, luego de cuatro días de fuertes protestas por parte de la comunidad chiíta, decretó el estado de emergencia en todo el país.
La decisión, adoptada por el Consejo de Seguridad Nacional, reunido de urgencia esta mañana, llegó horas después de que la Policía y el Ejército desalojaran a sangre y fuego a miles de manifestantes, muchos de ellos mujeres y niños, acampados en la plaza de la Perla, en el centro de Manama, la capital del emirato.
Los manifestantes tiene entre sus demandas reformas democráticas, respeto a los derechos humanos, igualdad y la libertad de los presos políticos, así como el final de la discriminación del régimen suní –que sólo representa al 10% del medio millón de bahreiníes– sobre la mayoría chií, casi el 70%.