Moscú.- Sus intenciones habrán sido buenas pero sus palabras han caído muy mal en el país del sol naciente. Y es que el presidente ruso Dmitriv Médved sugirió a los japoneses damnificados por el terremoto de 9 grados en la escala de Richter y un posterior tsunami que emigren a Siberia donde podrían ser de gran utilidad por su mano de obra.
“En caso necesario, deberíamos pensar en emplear una parte de la fuerza laboral de nuestros vecinos, sobre todo en la zona poco poblada de Siberia”, dijo el mandatario.
“La tragedia que ocurrió en Japón demostró la gran importancia de los esfuerzos internacionales y programas a nivel internacional en la lucha contra desastres naturales de este tipo, que lamentablemente no se puede ni prever ni prevenir”, dijo Medvédev.
Desde el Japón, el primer ministro Naoto Kan ha preferido no decir nada sobre la propuesta rusa, pero algunos medios consideraron que se trató de palabras “fuera de contexto” y “poco atinadas”.