La sangre es inevitable en las guerras. Un ataque aéreo de la OTAN dejó al menos 13 rebeldes muertos y siete heridos entre las ciudades de Ajdabiya y Brega, en el este de Libia.
Según combatientes de la insurgencia, el accidental ataque alcanzó un convoy de cinco vehículos, entre ellos una ambulancia, luego que sintieran los disparos terrestres de los insurgentes.
Las fuerzas del dictador Muamar Gagafi habrían colocado cañones antiaéreos en la zona, con la finalidad de confundir a los aviones de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).
Finalmente, se supo que el portavoz de la OTAN, Oana Lungescu, investigará el incidente que, aunque era previsible que sucediera, ha dejado una reflexión sobre lo que produce la violencia.