Algunos analistas se preguntan ¿Cómo así el presidente Humala puede mentir con tanta facilidad? Hay varias hipótesis, una es la ausencia evidente de oposición que permite que el gobierno cometa errores gravísimos, actos irresponsables o demagogia descarada. Otro elemento es que el gobierno esté en campaña permanente, con oscuros objetivos. Como sea el tratamiento que se le está dando a la noticia del Lote 88 de Camisea es un bluff que bien merece se aclare.
En primer lugar no hay sentido que se diga "hemos recuperado el Lote 88 para el consumo interno". Jamás se usó ni una molécula de gas para consumo alguno. Era una prenda, nadie lo había tocado. Decir se recuperó es falso.
En segundo lugar, hay una extraña aparición de operadores brasileños en todo este asunto. Y he allí la preocupación. En Brasil las grandes empresas marchan en su proceso de copamiento capitalista y hegemonía regional de la mano de su propio Estado. Antes Lula y hoy la presidenta Dilma Rousseff son las puntas de lanza de una agresiva campaña de inversiones brasileñas en la región. ¿Eso está mal? cuando no hay instituciones como es nuestro caso o corrupción pues claro que no está bien. Estamos entregando el polo gasífero a una empresa brasileña y se sabe del interés de Brasil por las inundaciones e hidroeléctricas en Inambari. Se dice que la próxima visita de la presidenta brasileña tiene como objetivo lograr a como de lugar el acuerdo energético brasileño. Cuenta para ello con un presidente como Humala que le debe mucho, literalmente, a las empresas brasileñas.
En tercer lugar la participación de PETROPERÚ, que ha caído nuevamente en manos de improvisados. Esta empresa pretende invertir el dinero de todos los peruanos en aventuras de dificil pronóstico cuando ni siquiera puede con el reflotamiento de Talara que si es de máxima prioridad. Se mete a invertir con un consorcio brasileño cuando los nuevos descubrimientos de gas están llevando los precios al suelo tal como ayer informara AméricaEconomía.
Hay que estar alertas con los sueños de grandeza del actual gobierno que nos recuerdan mucho a las expectativas que despertaran algunas frases militaristas de los años 70.