Sueldos, empleo y crecimiento

Ante el reciente anuncio presidencial referido a un próximo incremento de la Remuneración Mínima Vital (RMV), es preciso señalar algunos hechos de relevancia para garantizar la continuidad del crecimiento económico sin correr el riesgo de obtener resultados inesperados.

Según datos del Ministerio de Trabajo, aproximadamente el 25% (uno de cada cuatro trabajadores) de la masa laboral tiene empleo formal y goza de derechos y beneficios laborales. Asimismo, encuestas publicadas por la Universidad Católica revelan que el 63% de los peruanos se cataloga como trabajador independiente. De otro lado, se sabe además que cerca del 90% de las empresas formales lo constituyen las pequeñas y medianas empresas (mypes) que son las que generan el mayor empleo en el país.

Es por ello que el anuncio del incremento salarial está causando preocupación sobre todo en el sector de las mypes para quienes un aumento de S/.50 soles tendría un impacto sensible e iría en contra de la formalización de estas empresas, para las cuales la productividad está antes que la formalidad para poder mantenerse.

Frente a estos datos sería difícil afirmar que el aumento de la RMV garantizará mayor empleo y crecimiento. No se trata de estar en contra de un aumento salarial. Más bien, el tema central consiste en asegurar primero mayor productividad para generar mayores ingresos capaces de garantizar, a su vez, mayores salarios para un empleo digno. Y es precisamente este empleo productivo el que afianza la continuidad del crecimiento de la economía. Entonces, es la eficiencia laboral producto de la capacitación y experiencia lo que debe ser el objetivo primordial del Gobierno.

Incidir solo en el monto del sueldo sin medir el impacto en la economía de las empresas mypes puede desincentivar la formalización de las mismas. Pensando en los cientos de miles de jóvenes que año tras año se suman al mercado laboral, el Gobierno tiene la obligación de implementar políticas claras de generación de empleo productivo formal basado primordialmente en inversión productiva, considerando que un trabajo digno y productivo vale mucho más que un sueldo mínimo vital.

Publicado el 03 de mayo en el diario La Razón.