La censura inminente de los ministros del Interior, Daniel Lozada y de Defensa, Alberto Otárola, ha puesto en evidencia –una vez más– la falta de experiencia y de olfato político por parte del partido de gobierno. Pareciera que esta vez el cálculo político de Gana Perú no ha sido el más acertado. Y esto tiene que ver básicamente con la ruptura interna de su bancada en el Congreso, donde los legisladores Javier Diez Canseco y Rosa Mavila no están dispuestos a blindar a los ministros después de su negligente e inaceptable actuación en la Operación Libertad y en los lamentables sucesos en el VRAE. Además, el cálculo político errado no intuyó que el principal aliado del gobierno –Perú Posible– no formaría parte de esta protección inexplicable a los ministros. En ese contexto, la oposición contaría con más de los 66 votos necesarios para la censura.
En este juego político donde el oficialismo ha pecado de soberbio, estamos siendo testigos de las últimas “jugadas” del gobierno a fin de salvar a sus ministros y a su gabinete entero. ¿Y el Presidente Humala? Pareciera que al mandatario le ha parecido más importante viajar a Japón con la finalidad de estrechar los vínculos comerciales con el imperio del sol naciente a través del acuerdo Transpacífico de Asociación Económica (TTP).
Creemos que el problema principal del oficialismo es no asumir la responsabilidad política por los errores cometidos en su labor de gestionar el aparato público. El argumento de no censurar a los ministros aduciendo que se daría una señal de desunión y flaqueza frente a los terroristas resulta totalmente inadmisible. Por el contrario, con la política actual de lucha antisubversiva la única señal que le estamos dando a Sendero Luminoso es de unas FFAA y PNP a la deriva, sin una estrategia eficiente que ponga freno a los ataques terroristas y que les siga permitiendo secuestrar a civiles y matar al personal de nuestras fuerzas del orden. En ese sentido, la intención de censura a los ministros por parte de la oposición no es un gesto de mezquindad o de venganza política como se pretende hacer creer.
El objetivo de la censura es uno solo: velar por la seguridad del Estado peruano a través de un cambio de liderazgo en los sectores de Defensa e Interior. Esto nos tiene que llevar a un cambio de política de lucha contra el terrorismo que garantice el Estado de Derecho en todo el territorio peruano. Y ha quedado más que demostrado que los actuales ministros no tienen la capacidad para hacerlo. ¿O acaso, además del oficialismo, alguien cree que sí?
Publicado el 10 de mayo de 2012 en el diario La Razón.