El sistema alimentario mundial, está en crisis. Varios son los factores a tenerse en cuenta para enfrentarla: cambio climático, agotamiento de los recursos naturales, aumento de los precios del petróleo, ausencia de competencia en los mercados mundiales de productos básicos, especulación financiera y expansión acelerada de la producción de agro combustibles.
En julio el precio mundial de los alimentos tuvo la mayor subida desde 2009. Los precios internacionales de algunos commodities agrícolas como el maíz y la soya alcanzaron máximos históricos, los del maíz y del trigo, dos de los granos que con el arroz son la base de la alimentación, crecieron en casi 50 por ciento. Jim Young Kim, presidente del Banco Mundial, ha anunciado la mayor inestabilidad en los precios de los alimentos en lo que queda del presente año.
Según el Banco Mundial el precio del pan y de los alimentos elaborados serán afectados tanto como el del forraje y de la carne. Alza que amenaza la estabilidad social y la seguridad alimentaria de los países más pobres, donde la gente gasta hasta dos tercios de sus ingresos en alimentos. La ONU calcula que en 2011 más de 70 millones de personas cayeron en la pobreza extrema debido al aumento del precio de los alimentos.
El fuerte incremento de precios es atribuido a la merma de las cosechas en Estados Unidos, afectadas por una excepcional sequía pero también a Isaac, el huracán. Ambos han provocado el alza de los precios mundiales de los granos sien los más afectados el maíz y la soja y por supuesto el ganado que los consume o no tiene donde pastar. Subirán además la carne y la leche y otros alimentos de consumo casero en un 4% para el próximo año.
El huracán Isaac estuvo en los titulares en tanto la sequía continuaba en dos tercios de la parte continental de Estados Unidos. El 28 de agosto la sequía cubrió el 62,9% de 48 estados. El clima cálido de las grandes llanuras del centro y norte ha provocado el mayor deterioro en los pastizales. Veinte estados, de California a Ohio, reportaron muy malas condiciones en por lo menos el 50% de sus tierras de pastoreo y pastizales. Es la sequía más drástica desde 1956 en EEEUU mientras en Europa soportan la mayor ola de calor desde el 2003.
Son los efectos del cambio climático, eventos que aumentan a causa de las emisiones de gases de efecto invernadero que según la ONU están en camino de impulsar temperaturas de hasta más de 2 grados centígrados por encima de los valores fijados como umbral peligroso para el planeta.
Paradoja del destino pues las lluvias esperadas para revertir el estrés hídrico de los campos estadounidenses, con la llegada de Isaac, han provocado gran daño a una importante porción de cultivos listos para ser cosechados. La soja batió récords en la Bolsa de Chicago pues la sola mención de posibles nuevas pérdidas por anegamiento de campos o por demora en la cosecha fue suficiente para que los especuladores salieran a comprar contratos de soja (lo mismo ocurrió con el maíz y el trigo).
El cambio climático tiene efectos considerables en la economía. Si el mundo escapó de las predicciones de Malthus en 1798 cuando dijo que el crecimiento de la población superaría la producción de alimentos ahora está ante la inminencia de producir mayor cantidad de alimentos para las personas, cultivos para biocombustibles y alimentos para animales.
La falta de lluvias en Australia y el este de Europa, el retraso de los monzones en India menguaron la producción de trigo y otros cultivos. En un mes, la producción de maíz estadounidense bajó en 75 millones de toneladas, y la del trigo ruso en 30 millones. Los problemas de producción de Rusia y las lluvias fuera de temporada en Brasil afectaron a la recolección de caña de azúcar. Como consecuencia, en julio el azúcar subió un 12%.
Suben los precios de los alimentos y también el precio internacional del petróleo pues hay menos grano para producir combustible alternativo, los precios del etanol a base de maíz han subido 15,6 % en el 2012 lo que determina alzas de los fertilizantes elaborados de derivados del petróleo, lo cual añade presión a los agricultores del mundo. Las tensiones políticas en el Medio Oriente, sobre todo en Irán y China con su creciente demanda de petróleo para abastecer sus fábricas, generan más incertidumbre.
China con su mercado de alimentos más grande del mundo, tiene repercusiones universales. Si importa maíz, como lo hizo con la soja, podría desatar otra transformación global de la agricultura. Cuando comenzó a importar soja para forraje animal a fines de los 90 más de 30 millones de hectáreas de tierras agrícolas, bosques, sabanas y praderas, en el Cono Sur de América Latina, fueron convertidas para abastecer las nuevas granjas fabriles de China con forraje barato. Y los bajos precios pagados a los agricultores y otras políticas que favorecían a las grandes agroindustrias sacaron de la producción a millones de familias. Las corporaciones y los grandes agricultores comerciales hicieron fortunas, pero las comunidades rurales, en China como en el Cono Sur, sufrieron las consecuencias.
La importación de la soja por China ha generado inmensas ganancias a transnacionales como Monsanto y John Deere, que abastecen a los agricultores brasileños con semillas, productos químicos y tractores. También han ganado los comerciantes de granos y los procesadores de alimento para animales como Cargill y Bunge, que controlan la industria procesadora de soja en China. Y ha permitido una nueva clase de corporaciones de agro negocios en China, la empresa estatal COFCO y la privada NewHope Group, son transnacionales por derecho propio. Una expansión del maíz parecida a la de la soja les vendría muy bien y por ello presionan económica y políticamente.
¿CRISIS COYUNTURAL O ESTRUCTURAL?
Para algunos la crisis alimentaria mundial es coyuntural y para otros estructural, potenciada por modelos que hacen depender la dieta humana de tres cereales: arroz, maíz y trigo. Dependencia que ha tornado la especialización en monopolio.
Los precios suben también por la estrecha vinculación entre los mercados agroalimentarios, energéticos y financieros. Influye el mayor uso de alimentos para producir biocombustibles y el volumen de transacciones en los mercados a futuro. Nestlé, la mayor empresa alimentaria del mundo, advirtió que enfrentaremos una crisis peor que la del 2008 debido a la enorme cantidad de tierra dedicada a los biocombustibles.
La ONU viene analizando el rol de las inversiones financieras en productos básicos. El embajador de Chile ante la ONU Octavio Errazuriz expresó la preocupación de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe, CELAC; por las prácticas especulativas sin control, en especial en los mercados de futuros. Por cada 314 euros de inversión especulativa se empuja a una persona a la pobreza y el hambre.
En el 2007 el dinero que se invertía en las «subprime» se diversificó y fue a parar, entre otros lugares, a Chicago, principal mercado mundial del cereal. La especulación como negocio seguro hace subir los precios de los alimentos por las nubes.
Goldman Sachs en 1991 creo un nuevo tipo de productos de inversión, los derivados (1) que rastrearon 24 materias primas, desde metales preciosos y energía al café, el cacao, el ganado, el grano, los cerdos, la soja y el trigo. Luego ponderaron el valor de la inversión de cada producto y lo redujeron a una fórmula matemática que podía expresarse en un único enunciado, conocido en adelante como el Índice de Materias Primas de Goldman Sachs (GSCI). Hoy el índice acumulativo Standard & Poors GSCI proporciona 219 índices distintos que los inversionistas pueden encontrar en sus “terminales Bloomberg” y apostar por cualquier materia prima, desde el paladio al aceite de soja, de los biocarburantes al pienso para ganado.
El auge de nuevas oportunidades especulativas en los granos a nivel global, en el aceite alimentario y en los mercados de ganadería ha creado un círculo vicioso. Cuanto más aumenta el precio de las materias primas de alimentos, más dinero se invierte en ese sector y los ya elevados precios siguen subiendo. Desde 2003 hasta 2008, el volumen de especulación de “index funds”(2) aumentó el 1.900%.
La preocupación se extiende. El francés François Hollande se preocupa por la volatilidad de los mercados de cereales y ha dispuesto movilizar todos los recursos para evitar una crisis. Por ello propuso una reunión de emergencia del Grupo de los 20 para analizar causas y efectos de la subida del precio de los granos.
La variabilidad de los precios internacionales de bienes agrícolas desestimulará las inversiones por aumento de riesgos financieros y de incertidumbre para productores y comerciantes lo que afectará sobre todo a la población más pobre. Así lo advirtió el jefe del Banco Mundial cuyas investigaciones demuestran que los alimentos están 24% más caros que el año pasado lo que obliga a los más pobres a invertir casi todos sus ingresos en alimentos lo que a su vez causa 44 millones de personas más en condición de extrema pobreza desde junio de 2010. Para la FAO la población mundial estará en nueve mil millones en 2050 y se necesitará 70% más producción alimentaria que la actual.
“Es inadmisible que se esté especulando con el hambre, poniendo en riesgo la vida de millones de personas, por eso llamamos a la ciudadanía a la movilización, que exija a las autoridades mecanismos de control que pongan freno a este escándalo”, arengó la campaña “Banca Bajo Control, Con la comida no se Juega”. (www.especulacionalimentaria.org).
Sin embargo un informe del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC) da cuenta que los norteamericanos arrojan a la basura la mitad de la comida que adquieren, despilfarro que determina una pérdida de US$ 165.000 millones al año y representa una cuarta parte del agua consumida en EE.UU., que se utiliza para el cultivo y producción. La comida desperdiciada va a parar a los grandes vertederos donde se descompone y despide metano. "El gas metano es un poderoso agente del efecto invernadero y el desperdicio de comida genera casi una cuarta parte de todas las emisiones en el país que contribuye al daño del medio ambiente, esto es vergonzoso”.
EN EL PERU
Esta alza impacta en el Perú ya que importamos el 100% de soya y cebada, el 90% de trigo y el 60% del maíz amarillo para alimentos balanceados de aves, cerdos y vacunos. Igualmente el aceite comestible alrededor de 55%. Por ello en el último mes los precios de algunos derivados del trigo, como los fideos, han aumentado en 7.3% en nuestro mercado local.
El encarecimiento de los alimentos en el mercado internacional preocupa al gobierno, el ministro de Economía, Luis Castilla, indicó medidas para evitar que afecten a los sectores económicos más necesitados aunque descartó el control de precios. Sí se adoptarán medidas arancelarias para los productos importados.
En el presupuesto fiscal 2013 figurará un incremento de recursos para los programas sociales asociados al tema alimentario, con la finalidad de no crear distorsiones en el mercado y beneficiar a quienes no lo necesitan. “Ya se han tomado medidas para preservar la seguridad alimentaria, para que esta crisis no afecte tanto la canasta básica de los más pobres. Estamos monitoreando el precio de los alimentos. Por ello, se usarán programas focalizados”, dijo Castilla.
Por su parte, el congresista Lezcano propuso un Fondo de Estabilización de precios de los alimentos de primera necesidad como leche, pollo, arroz, pan, lentejas, papa y huevos con recursos de la caja fiscal, para evitar licuar el incremento reciente a la remuneración mínima vital (S/. 750) y que se tornen insuficientes los subsidios de Pensión 65 y del programa Juntos. Planteó también que el Fondo sea transitorio en tanto se logra una mejor seguridad alimentaria, variando la matriz alimentaria y dando preferencia a los alimentos producidos en el país.
Fernando Eguren, presidente del Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES), recordó que "Actualmente no hay ningún ministerio que asuma la responsabilidad de plantear y llevar adelante una propuesta en serio de seguridad alimentaria. Hay dos proyectos de ley en el Congreso que no han sido debatidos".
La soberanía alimentaria no sólo garantiza el acceso a la comida, sino además el control democrático del sistema alimentario, desde la producción y el procesamiento, hasta la distribución, el mercado y el consumo. Es “el derecho de los pueblos a producir y definir sus propios alimentos y sistema agrícola saludable con métodos agroecológicos y sustentables”. En 1996, la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, adoptó como derecho humano básico una alimentación adecuada y una buena nutrición. Más allá de la atención en salud y de los derechos alimentarios incluyó la soberanía alimentaria.
Las estrategias neoliberales se oponen a las propuestas agroecológicas y de soberanía alimentaria que defienden los países del Sur y las organizaciones de la sociedad civil en el mundo. Estamos ante un conflicto Norte-Sur con una creciente resistencia política de los movimientos sociales a favor de la agro ecología, la reforma agraria, la justicia social y la soberanía alimentaria.
Desde los años cincuenta la expansión capitalista de la agricultura intenta apoderarse de la tierra, el agua y las semillas. Se habla de Revolución Verde (2) y de programas de ajuste estructural del Banco Mundial así como de acuerdos globales y regionales de libre comercio que han provocado la destrucción de la agricultura. Al concluir la “Ronda de Desarrollo” de Doha sobre comercio las soluciones presentadas por el Banco Mundial, la FAO, el Grupo Consultivo para Investigación Agrícola Internacional y la Fundación Bill y Melinda Gates, nueva vanguardia filantrópica de la Revolución Verde con la tarea de revivir el CGIAR, propusieron acelerar la expansión de la biotecnología, revivir la Revolución Verde (1), reintroducir los préstamos condicionados del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI) y recrear el poder de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Estas instituciones tienen el mandato del capital de mitigar el hambre, reducir las tensiones sociales y reducir la cantidad de campesinos productores en todo el mundo, sin introducir cambios sustanciales a la estructura del sistema alimentario mundial. Pero la tendencia industrial implacable es a la concentración vertical y horizontal en el sistema mundial alimentario. Dos compañías, Archer Daniels Midland y Cargill,se han apropiado de tres cuartas partes del comercio mundial de granos. Las tres mayores compañías de semillas: Monsanto, DuPont y Syngenta, controlan el 39% mercado mundial.
Nuestros sistemas agrícolas y alimentarios deberían ser más justos, más ecológicos y verdaderamente efectivos con políticas de desarrollo y alimentación a nivel internacional. Estas deberían incluir leyes antimonopolio en EE.UU. y el retiro de la agricultura de la Organización Mundial del Comercio para evitar el "dumping" o inundación de granos subsidiados en países donde el agricultor no puede protegerse. También un sueldo justo a los agricultores.
Mayor debería ser la cooperación de las naciones que producen granos en el mundo para asegurar que las naciones más pobres que deben importar granos no sufran el contagio cada vez más dramático de la inflación alimentaria y de la agitación política.
Una sólida política pública nacional sobre semillas es clave para la agricultura familiar y la seguridad alimentaria de todos los países y por supuesto en el nuestro. Desafortunadamente el ambiente político no está respondiendo a la necesidad de una legislación que reforme el sistema y que brinde asistencia a los más afectados. Es urgente escuchar las advertencias y preparar las respuestas. Ni esperar ni confiar en soluciones prefabricadas, nos toca crear sistemas más justos ahora. El hambre amenaza.
(1) Derivados, un derivado financiero o instrumento derivado es un producto financiero cuyo valor se basa en el precio de otro activo, de ahí su nombre. El activo del que depende toma el nombre de activo subyacente, por ejemplo el valor de un futuro sobre el oro se basa en el precio del oro. Los subyacentes utilizados pueden ser muy diferentes, acciones, índices bursátiles, valores de renta fija, tipos de interés o también materias primas.
(2) Index Funds, fondos de inversión con carteras que rastrean diversos índices, en este caso, los Índices de Materias Primas.
(3) La Revolución Verde, se basa en la agricultura industrial, sobre todo producción de alto rendimiento, de los mismos paquetes verticalistas y homogenizantes de semillas, fertilizantes y agroquímicos, controlada, acaparada y mediatizada desde sus orígenes por las grandes agro empresas.