No habrá Nadine 2016

La declaración de Nadine Heredia sobre su eventual –y hasta ayer no negada– candidatura presidencial constituye un hecho político relevante para el fortalecimiento de la institucionalidad democrática del país.

Hasta ayer, cuando le preguntaban sobre el tema, respondía que “no está en mi agenda”, lo cual era una manera oblicua de referirse a un asunto en el que no se puede andar con medias tintas que dejan todas las puertas abiertas.

Este columnista criticó, por ello, con dureza, dicha actitud por considerar que una eventual postulación  suya en el 2016 traería diversos efectos perjudiciales para el país y para el gobierno de su marido.

La actual ley electoral se lo impide y cambiarla para habilitar su postulación podría volverla legal pero no ética, pues, como candidato, Ollanta Humala se comprometió a no cambiar leyes para buscar su reelección, y es obvio que una candidatura de su esposa sería una manera amañada de perseguir la continuidad de su gobierno de un modo encubierto, lo cual sería propio de sinvergüenzas.

Una aventura en esa dirección, que fue alentada por más de un ayayero instalado en el Congreso, en el Tribunal Constitucional y en el JNE, significaría una ruptura con los sectores democráticos que respaldaron la candidatura de Humala en el 2011 por creer que era la mejor opción frente a la amenaza al sistema institucional que podría haber significado un gobierno fujimorista.

En este contexto, y tras un período lamentablemente demasiado largo, en el que evitó ofrecer una respuesta contundente sobre la especulación de su candidatura, ayer la primera dama Heredia fue clara en negar esa posibilidad.

Interrogada sobre la versión periodística de una ley para habilitar su candidatura, Heredia respondió: “El tiempo infame de las leyes con nombre propio ya pasó y yo no persigo ningún interés en particular”.

Y ante la repregunta de qué pensaría si alguien promoviera dicha ley, Heredia respondió: “Si alguien lo hace, estaría vulnerando los principios de un sistema democrático que yo respeto. Si no comenzamos a respetar la institucionalidad democrática, nos vamos para abajo y yo, al igual que ustedes, quiero que el Perú triunfe no solo en la economía, sino también en lo político y social”.

Siempre hay la posibilidad, por cierto, que un político –y Heredia lo es, sin duda– incumpla su palabra, y esa es la razón por la que el periodismo independiente siempre debe estar alerta y suspicaz frente al poder.

Pero, sin renunciar a esa actitud de alerta, esta declaración de ayer de Nadine Heredia descartando su candidatura me parece un hecho valioso que potenciará su papel importante en el gobierno de su esposo, el presidente Humala. Enhorabuena (Con información del diario La República).