Cuando el tema de la candidatura de la primera dama había empezado a calar en la agenda política de sus copartidarios y opositores, creando confusión y dudas sobre la legalidad o moralidad de tal posibilidad, fue la propia señora Heredia quien esta semana decidió dejar sentada su posición sobre el particular de forma al parecer definitiva.
Ya las declaraciones contradictorias sobre este asunto vertidas por las autoridades del Jurado Nacional de Elecciones y del Tribunal Constitucional hace dos meses, habían creado dudas razonables en el común de los ciudadanos. Asimismo, las bien publicitadas y variadas encuestas sobre la candidatura de la primera dama ya daban por hecho tal posibilidad. Así, se estaba creando el escenario que alimentaba la tentación de cambiar las reglas de juego a fin de posibilitar la postulación de dicha candidatura, convertida por ahora en la única carta fuerte de sus correligionarios.
Felizmente, las declaraciones de la señora Heredia ayudan a aclarar este asunto cuando bien dice que “el tiempo infame de leyes con nombre propio ya pasó”, afirmando enseguida que no tiene ningún interés en particular y que si se hiciera eso “se estaría vulnerando los principios del sistema democrático”. Declaraciones con las que coincidimos plenamente. Ayayeros aparte, estas declaraciones estarían descartando toda posibilidad real de postulación de la primera dama para el 2016, lo cual no puede sino abonar a favor del fortalecimiento de la institucionalidad democrática del país. Además, con esta inteligente decisión se evita la posibilidad de crear no solo un daño institucional al país, sino al propio gobierno de su esposo.
Ya debería estar claro para todos que la tentación de cambiar las reglas del juego a discreción y para provecho de los propios gobernantes, además de debilitar el sistema democrático acarrea la oposición frontal de todos los sectores democráticos de la sociedad, generándose una situación de permanente división política interna con graves consecuencias para el país. Sectores democráticos algunos que, en el caso del Perú, apostaron por el ahora presidente Humala. Queremos creer que las declaraciones gratificantes de la esposa del Presidente sobre su posible candidatura se mantendrán inalterables en el tiempo. Y antes que hablar de candidaturas hay que dejar que el Gobierno se centre en su programa de gobierno y en la búsqueda de soluciones para los grandes problemas que aquejan al país (Con información del diario Expreso).