[Chile] Incorporación del PC a candidatura opositora

El acuerdo alcanzado pone a la oposición en la disyuntiva de mantener la moderación o asumir posturas cada vez más radicales y perjudiciales para el país.

LA FORMALIZACION del apoyo del Partido Comunista a la candidatura de la ex Presidenta Michelle Bachelet en las próximas elecciones primarias, significa en la práctica la incorporación de esa tienda política a la coalición opositora y a la plataforma que impulsará de cara a las elecciones presidenciales de noviembre próximo. Hasta ahora la esencia de la gobernabilidad al interior de la Concertación consistió en que quien asumía la candidatura presidencial en su representación debía construir su plataforma política y su programa de gobierno a partir de un consenso entre las posiciones de la DC, el PS y el PPD, las que, con énfasis diferentes, se movían dentro del marco que ha basado la democracia en la economía de mercado y en un sistema institucional que promueve la moderación y las reformas consensuadas.

La incorporación del PC -hasta ahora sólo había dado apoyos “pragmáticos” a las candidaturas de la Concertación en segunda vuelta- significa un cambio profundo en esta lógica, porque las posiciones más radicales que este partido ha sostenido consistentemente deberán ser consideradas dentro del balance opositor, llevando su eje hacia posturas que se apartan del camino que ha brindado éxito a Chile en lograr avances sustanciales en materia de desarrollo económico, social y estabilidad política. En este nuevo escenario la ex Presidenta Bachelet deberá optar desde ya, por ejemplo, entre quienes promueven la realización de reformas políticas profundas -como el cambio del sistema electoral o un régimen semiparlamentario- y quienes reclaman una asamblea constituyente que revise las bases de la institucionalidad; o entre los que plantean una reforma tributaria a favor de la redistribución de los ingresos y quienes, como el PC, promueven la nacionalización de los recursos naturales del país.

 En el caso del PC, este apoyo sólo fue acordado luego de superar tensiones internas entre la dirigencia y los sectores más críticos de esta vía, representados por quienes han participado en los movimientos y protestas sociales. Sin embargo, este precio parece haber sido menor en comparación a la posibilidad de participar en una alianza inédita, la Nueva Mayoría, a la ampliación de los cupos entregados a sus candidatos y a la protección dada, paradójicamente, a su candidata más conocida en el distrito de La Florida.

Es presumible que una condición de la incorporación del PC a la candidatura de la ex Presidenta Bachelet, favoreciendo la gobernabilidad en un eventual gobierno futuro, haya sido que este partido opte definitivamente por actuar dentro del sistema político y abandone la presión que siempre ha ejercido a través de los movimientos sociales y las protestas. No está claro si este compromiso subsistirá si no son satisfechas las posiciones más relevantes dentro del proyecto político que ha impulsado este sector.   

Este replanteamiento opositor refleja crudamente el debilitamiento de la Democracia Cristiana, que desde la posición preponderante de principios de los 90 ha llegado ahora a una de influencia limitada, donde su dirigencia ha transado en un aspecto que hasta hace poco parecía impensable a la luz de sus principios y su experiencia histórica. El tiempo dirá hasta dónde el electorado moderado que ella ha congregado la acompañará en esta evolución.

(*) Artículo publicado en el diario La Tercera de Chile (2 de junio de 2013)