Piñera al ataque

Esta semana el presidente alcanzó su mejor aprobación en dos años, superando la barrera psicológica del 40%. La cifra, si bien todavía no es alta, sí es significativa para que el gobierno vuelva a tener un peso político interesante en lo que resta de su mandato y se convierta en un actor decisivo en este año electoral. Algo que se está notando claramente en estos días, donde La Moneda ha jugado un rol central en la agenda. Aquí algunas de las claves que explican lo anterior.

-La amenaza que no fue: a estas alturas, es claro que no sucedió lo que muchos aventuraban, en el sentido de que la llegada de Bachelet iba a opacar definitivamente al gobierno. La realidad es que mientras Piñera sube, la ex presidenta se ha visto enfrascada en las polémicas de su propia coalición. De hecho, la Concertación es la gran perdedora de la encuesta Adimark.

-La Moneda al ruedo: captando el nuevo escenario, La Moneda pasó a la ofensiva con fuerza no sólo para defender su obra, sino también para criticar a la oposición cada vez que esta ofrece un flanco débil, como es el caso de los falsos exonerados.

-Ministros “escuderos”: la pega anterior es necesaria, pero produce desgaste en quienes la realizan, porque la gente tiende a rechazar la confrontación. Lo nuevo, sin embargo, es que por primera vez el costo de esta operación se lo están llevando los ministros, especialmente Chadwick, la vocera Pérez y Matthei. Ellos pierden popularidad, pero protegen al Presidente.

-Hacienda a la política: lo mismo se puede decir de la fuerte arremetida del ministro Felipe Larraín, al pasarle la cuenta del enfriamiento de la economía a Bachelet. La idea de que este país no está para experimentos comienza a prender y las duras críticas de la oposición a Larraín sólo hablan de que el punto está bien logrado.

-Invertir en la derecha: en este escenario, la salida de Cruz-Coke y Lavín del gabinete es buena. Reforzar las campañas es lo que corresponde ahora. El gobierno tiene espaldas suficientes para invertir en ello. Quizás antes hubiera sido visto como un abandono, pero en el nuevo escenario, tiene más cara de comisión de servicio.

-Menos relato y más obras: que los ministros hagan la pega sucia deja la cancha libre al Presidente. ¿Para qué? La misma encuesta Adimark entrega pistas al concluir que una parte importante de la mejor aprobación tiene que ver con los proyectos nuevos, especialmente los anunciados el 21 de mayo. Lo anterior prueba que más que contar las cosas buenas que ha realizado el gobierno, hay que seguir haciendo cosas. Eso muestra una administración viva, activa. Ahí radica su poder.

-Proyectos fáciles y cortos: es cierto, no hay tiempo, ni votos, ni ánimo para grandes transformaciones, pero sí para proyectos cortos, como el del kínder obligatorio. Cosas de sentido común, que son buenas y que tienen la ventaja de que fijan la pauta política.

-¿Regresa la locomotora?: suena paradójico, pero todo indica que este último año de Piñera, más que de despedida, puede ser su período más ocupado y quizás más exitoso. Y, para ello, sólo tiene que hacer lo que más le gusta: trabajar. Pero trabajar en equipo, dejando que los ministros sigan haciendo la pega de confrontación. Lo suyo está por sobre aquello.

(*) Ingeniero comercial, publicó este artículo en el portal del diario chileno La Tercera (8 de junio de 2013)