Eudoro Terrones Negrete, autor de estas líneas
El nepotismo es la preferencia exagerada que tienen los funcionarios públicos y los gobernantes para dar empleos a familiares, allegados o amigos, sin importar el mérito o la capacidad para ocupar el cargo, sino su lealtad o cercanía al gobernante de turno.
Según Murídicas[], en países donde se practica la meritocracia (en su concepción de darwinismo social) su uso es generalmente negativo y se considera corrupción (Wikipepdia).
Históricamente se registran muchos gobiernos nepóticos. El tirano Pisístrato, en Atenas de la Grecia Antigua concedió la mayoría de los cargos políticos y públicos a sus familiares y amigos más cercanos.
El gobierno de Napoleón otorgó varios cargos públicos a sus familiares, entre ellos a su hermano José Bonaparte, a quien le nombró rey de España.
Alejandro VI promovió a Alejandro Farnesio, hermano de su amante Julia Farnesio, como cardenal; que llegaría a ser Papa con el nombre de Pablo III.
En el Perú, el presidente de la República Ollanta Humala, al cierre de su discurso en Cerro de Pasco (9/11/13), manifestó: “La próxima vez vendrá Nadine a verificar los comedores, los colegios, Juntos y Beca 18. Vendrá a trabajar, porque así trabajamos, de la mano con Nadine, como una familia, con hijos, porque creemos que es mejor gobernar el país como familia que como una sola persona”. Días después en su Twitter reveló: “Trabajo con una visión de familia y no solo del individuo. Hoy me reafirmo en eso”.
Dichas declaraciones desencadenó la natural reacción de la oposición política conformada por los voceros del Apra, Fuerza Popular, Perú Posible, Partido Popular Cristiano, y Solidaridad Nacional. Todos coincidieron en calificar que el presidente de la República está cometiendo infracción constitucional y que al término de su mandato podría se acusado constitucionalmente, por cuanto ha confesado que cogobierna con su esposa Nadine Heredia, sin haber sido elegida por los peruanos mediante sufragio universal, directo y secreto, sin ser funcionaria pública en la estructura orgánica del gobierno y sin tener responsabilidad legal.
En la vigente Constitución política del Perú no se considera a la esposa del presidente como la persona indicada para compartir el poder gubernamental.
Esta singular situación sólo está permitido en los gobiernos nepóticos y monárquicos absolutos. Al respecto Humberto Abanto Verástegui puntualiza: “En las monarquías absolutas el poder se concentra en una dinastía familiar. La esposa del rey es la reina y los hijos de éstos son los príncipes. Todos ellos tienen poder, en mayor o menor medida, por el solo hecho de ser miembros de la familia real o, para mayor precisión, por su relación con el rey” (Diario Del País, 12/11/13).