Sábado 20 de abril 2024 | Contáctenos
La campaña del referéndum sobre la independencia ha sido lanzada oficialmente este viernes 30 de mayo en Escocia. Más de 4 millones de escoceses irán a las urnas el próximo 18 de septiembre a fin de pronunciarse sobre el acuerdo que liga Escocia a Inglaterra desde hace más de 300 años, cuando en el año 1707, entonces reinos separados, firmaron el Acta de Unión. Las encuestas de opinión dan aun como vencedor al “NO” a la separación. Esta posición obtendría el 40 por ciento de los votos. Sin embargo, la diferencia entre los que defienden la independencia y los que se reduce. El “SI” obtendría el 30 por ciento de los votos.
Tres temas se encuentran en el centro de debate en el marco de esta campaña. En primer lugar, el concerniente al nivel de vida, que según los defensores de la separación se incrementaría gracias a que Escocia haría suyo la traducción de recursos financieros de los yacimientos de petróleo de la Mar del Norte. Lo que equivaldría a decir que cada escocés ganaría 1230 euros más por año. Algo negado por el lado inglés, David Cameron a la cabeza, que señala que de mantenerse la Unión cada escocés obtendría 1700 euros más. En segundo lugar, el concerniente al de la moneda. Los separatistas señalan que el hecho de separarse no implica que Escocia abandone la Libra Esterlina. Los ingleses por su parte, a través de su ministro de Finanzas, George Osborne, señalan que si “Escocia se separa del Reino Unido, se separa también de la Libra Esterlina.
Finalmente, el que tiene que ver con la integración europea. Un tema que tiene que ver con la más pro europea de las cuatro naciones que integran el Reino Unido. Algo que, de ganar los separatistas, debilitaría a los pro europeos en lo restante del Reino Unido, que verían debilitada su posición, y que fortalecería, en el marco de estas elecciones a los defensores de la separación, pues el antieuropeo Partido Independista del Reino Unido (UKIP, sigla en inglés) que viene de triunfar en las últimas elecciones, es muy impopular en Escocia, cosa que podría generar rechazo en un sector del electorado escocés que no querría ver ligada su presencia en la Unión Europea a la de un partido como el UKIP, al no contar con representación propia.
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