César Gutiérrez, autor de estas líneas
Pasaremos de la excedencia a la carencia de oferta eficiente solo con perjuicios
Hay una guerra soterrada para los ciudadanos pedestres, entre las empresas del sector electricidad. Generadores y distribuidores son los actores y los frentes están conformados por los tres productores de mayor capacidad instalada en el mercado y los demás. El Ministerio de Energía y Minas (MEM) que debería actuar como el tribunal que ponga orden, hasta el momento está en calidad de observador y dada la complejidad del tema, que ya se viene arrastrando en los últimos cuatro años, todo indica que seguirá en la misma posición, ojalá me equivoque.
Mientras esto ocurre en las alturas, en el llano, el consumidor no percibe en lo absoluto la gravedad del tema. Experimenta que en lo que va del año, el costo de la electricidad se ha mantenido inalterable, mientras que los titulares de la prensa económica se desgañita vociferando sobreoferta y transacciones subvaluadas. De otro lado, los mismos pregoneros, mencionan que no debe permitirse ingreso de oferta adicional por la excedencia existente y en la vereda de enfrente los promotores de la generación eléctrica con recursos energéticos renovables (RER), suben de decibelios a sus reclamos, clamando por la convocatoria a una subasta de oferta al término de la distancia, además de incrementar la participación RER en el consumo nacional, que hoy está normada en 5%.
Entre las dos aceras, en medio de la pista, tomando el riesgo de ser arrollados, nos colocamos los que decimos que habrá carencia de generación eficiente a partir del 2020, que se debe incrementar gradualmente la oferta con convocatorias desde el primer trimestre del próximo año, considerando no solo las tecnologías tradicionales, sino otras como el incremento de generación en base a biomasa de residuos orgánicos urbanos y rurales, además de geotermia que tiene legislación hace 20 años y de la cual no hemos visto la mínima producción porque nunca se les ha considerado en los procesos de competencia.
LA “SOBREOFERTA” QUE NO BENEFICIA AL CONSUMIDOR
La regla básica de los mercados en competencia es que la excedencia de oferta se ve reflejada en la caída de precio al consumidor. Esto no es una realidad para los 7.08 millones de consumidores que hoy existen, el precio para ellos en soles se ha mantenido inalterable en los 9 meses transcurridos del 2017, a pesar que la oferta ha ido creciendo más que la demanda en este año y lo culminaremos con una sobreoferta del orden del 7%, si consideramos el margen de reserva normado que es del 38.9% y solo contabilizamos las unidades de producción que no operan a diesel o fuel oil. Este cálculo corresponde a las comparaciones de capacidad, que en la terminología eléctrica se denomina potencia.
Dos reflexiones inmediatas de estas cifras: la cacareada sobreoferta actual no es astronómica, pues debemos referirnos a unidades de producción de bajo costo y tener en cuenta que existe una obligatoria reserva del 38.9% de la demanda y que no hay ningún beneficio reflejado en el precio. La pregunta del ciudadano es ¿cuál es la guerra de precios de la cual se habla?
La respuesta está en un reducido número de consumidores, que según la última estadística vigente que corresponde a marzo de este año, son solo 489, denominados clientes libres, que cumplen el requisito de consumir más de 200 kilovatios (KW), un domicilio en promedio consume 2.0 KW, y que tienen la oportunidad de comprar directamente a los generadores.
Justamente aquí está centralizada la disputa, los excedentes de producción para atender a estos usuarios se tranzan a precio vil en el mercado de oportunidad (mercado spot). Este año la media del precio por todo concepto en este mercado ha sido de 66% menor que lo que pagan los consumidores residenciales. La legislación vigente desde julio del año 2006 (Ley 28832), permite esta distorsión y debe ser susceptible de corrección para que los consumidores pequeños de categoría residencial, industrial y comercial se beneficien de las posibilidades de negociación de los que más consumen. Esto existía entre 1992 y el 2006, pero nunca se pudo ver beneficios pues no hubo excedencia de oferta en ese período.
MINISTERIO DEBE INTERVENIR PARA CORREGIR DISTORSIONES
Si de algo se ha caracterizado la legislación del sector electricidad ha sido de la imaginación de los tecnócratas para inventar parches para paliar las distorsiones, es hora que pasemos de los analgésicos a una terapia de largo plazo en la salud del mercado.
El gran reclamo del grupo de empresas emplazados contra los tres grandes de la generación en el Perú: Engie Perú, de capital estatal francés; Enel Generación Perú, de capital estatal italiano y Kallpa Generación, de capital privado israelí; es por las prácticas en el mercado spot para cerrar ventas con los clientes libres, que según los reclamantes perjudican a los otros generadores y a todos los distribuidores. La discusión que es de carácter bastante técnico, muy complejo para el entendimiento del ciudadano no especializado; se olvida de la arista de los beneficios para los 7.08 millones de consumidores existentes. Vale la pena desarrollar el tema en un artículo exprofeso para tal fin, tratando que sea entendible para el lector.
Ministra Aljovín, si usted quiere hacer algo que deje huella en el desempeño correcto del mercado, con beneficio al país, aunque no habrá reconocimiento, porque el oficio de autoridad pública es ingrato; intervenga rompiendo el mito que el mercado se debe arreglar por sí solo. Cuatro cosas son indispensables en su gestión: propuesta legislativa para que los peruanos seamos partícipes económicos de las excedencias y carencias del mercado; que tome la decisión de cubrir el déficit de oferta eficiente en el período 2020-2023 con una convocatoria de oferta en el 2018; que promueva en la cobertura de la oferta la generación, la biomasa de residuos orgánicos y la geotermia y finalmente que encamine el proyecto del gasoducto sur peruano para que sea puesto en operación en el 2023. Grandes retos que la engrandecerán como persona aunque la lisonja no llegue y los descontentos por intereses particulares la critiquen.