En el encuentro, celebrado en una universidad, los admiradores de El Chavo del Ocho y El Chapulín Colorado debatieron sobre los programas televisivos, que dejaron de producirse en 1995 pero siguen exhibiéndose en muchos países, incluso en Brasil, donde su éxito se mantiene vigente desde hace 26 años.
Los aficionados también degustaron el famoso bocadillo de jamón, el preferido del Chavo, participaron en diversas actividades y juegos y vieron varios episodios de las series, además de conversar con los actores que hacen el doblaje de los personajes al portugués.