"Sus gestos de austeridad y humildad, más que un estilo, constituyeron una vuelta al espíritu evangélico. Y, junto con su llamado al clero y a los laicos a salir al encuentro de la gente con un mensaje misericordioso, permitieron revitalizar su razón de ser: el anuncio del Evangelio y quizá detener la sangría de fieles", dice Sergio Rubin en su artículo publicado en el portal del diarioEl Clarín este 22 de junio de 2013.