Islamabad.- La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, arribó a Pakistán para poner paños fríos a la crisis desatada entre Washington e Islamabad a raíz de la muerte del Osama Bin Laden el pasado 2 de mayo en la localidad de Abbotabad.
En un viaje relámpago, la jefa de la diplomacia estadounidense zanjó la polémica sobre un posible encubrimiento de Pakistán sobre el paradero del líder de Al Qaeda, quien se mantuvo fugitivo por casi una década.
“Ningún país ha sacrificado más vida en esa lucha contra el extremismo violento que Pakistán”, declaró Clinton tras un encuentro con el presidente paquistaní, Asif Ali Zardari.
“Pakistán y Estados Unidos colaboraron para detener o matar a muchos de esos terroristas en suelo paquistaní. Pero los dos reconocemos que es necesario un trabajo mayor y que es urgente”, destacó la funcionaria.