Atenas.- En una jornada marcada por las violentas protestas sociales en varias ciudades del país, el Parlamento griego aprobó hoy por 155 votos a favor y 138 en contra un nuevo plan de austeridad, que era indispensable para que el FMI y la Unión Europea entreguen más ayuda económica y evitar la quiebra de la economía helena.
El plan contempla un recorte de gastos, subida de impuestos y privatizaciones por un importe total de 78,000 millones de euros hasta el 2015 y que es rechazado por la población que teme graves efectos sociales y laborales.
“Ahora es el momento de poner en orden la casa. Si el país cae en bancarrota los hospitales dejarán de operar, se cerrarán las escuelas y las pensiones y los salarios de los funcionarios dejarán de pagarse”, declaró el primer ministro del país, George Papandreu, ante los parlamentarios.