La ministra de la Mujer, Aída García Naranjo, manifestó su postura sobre el controvertido aborto terapéutico, remarcando además que hay que distinguir “entre feligresía y ciudadanía”, en alusión a las declaraciones del arzobispo Juan Luis Cipriani.
“Estoy a favor de la independencia del Estado que tiene leyes que tienen que ser respetadas. Las leyes de 1924 no penalizan el aborto terapeútico”, precisó la funcionaria en los estudios de Radio Capital.
Sin embargo, indicó que el tema no es competencia suya, sino del Ministerio de Salud, aunque se consideró respetuosa de todos los credos religiosos del país. “No entiendo por qué se me quiere tener como blanco político porque no hay motivo para ello”.