El fallecido cofundador de Apple, Steve Jobs, falleció de un paro respiratorio originado por la “metástasis de un tumor neuroendocrino de páncreas".
A esa conclusión llegó el certificado de defunción que hoy fue divulgado, y que específicamente habla de un tumor cancerígeno en su páncreas.
Hay que resaltar que al revolucionario hombre de los ordenadores no se le practicó una autopsia.
El 19 de octubre, Apple ofrecerá un tributo privado a Jobs en el anfiteatro de la oficina central de la firma, en Cupertino, California.
“Planificamos una celebración de la extraordinaria vida de Steve para los empleados de Apple”, dijo el presidente de la empresa, Tim Cook.