El ministro brasileño de Trabajo, Carlos Lupi, volvió a negar estar implicado en una red de corrupción y ofreció disculpas a la presidenta Dilma Rousseff por haber manifestado que “solo a balazos” lo sacaban del cargo.
“Corrupción dentro del Ministerio de Trabajo, de mi partido, no hay. Afirmo: no hay, y aquellos que están afirmando que existe deben probarlo”, dijo el funcionario ante la comisión de Fiscalización del Congreso de su país.
Antecedente. La polémica creada en torno a su cargo ocurrió tras una serie de denuncias de corrupción, a partir de la renuncia de cinco jefes de cartera desde junio. El talón de Aquíles para el régimen de Rousseff.
Lupi es denunciado por presuntamente recibir soborno de ONGs quienes le abonaban de 5% a 15% del valor de sus contratos con el Ministerio de Trabajo a cambio de la liberación de recursos.
“Para sacarme del ministerio, solo a balazos… y tiene que ser una bala pasada porque yo soy pesado”, fueros las desatinadas palabras del ministro con dirigentes de su Partido Democrático Laborista, días atrás.