El párroco Adolfo Marcilla, del distrito de San Jerónimo ubicado en Andahuaylas, advirtió que debido al tránsito restringido que ocasionó el paro indefinido contra las operaciones mineras de la zona, los productos alimenticios han comenzado a escasear en la población por lo que solicitó ayuda a las autoridades pertinentes.
“Los problemas no solo son ambientales, aquí hay un problema del principio de solidaridad. Nuestras autoridades no están priorizando las zonas más vulnerables de nuestra sociedad. Apurímac, uno de los departamentos más pobres del Perú, reclama más atención en el sector educación, vivienda, salud”, declaró el eclesiástico en RPP.
Por ello, pidió soluciones pacíficas a los manifestaciones de la región, “sin el costo de la sangre, el levantamiento o del destrozo”.