Daniel Zamudio, de 24 años, fue brutalmente golpeado en un parque de Santiago en la madrugada del pasado 3 de marzo, y tras veinticinco días de agonía, falleció en la tarde del martes en la Posta Central, el principal hospital de urgencias de la capital chilena.
Según los médicos, sus agresores le arrancaron parte de una oreja, le marcaron el cuerpo con esvásticas, le dejaron caer varias veces una gran piedra sobre el estómago y las piernas y le fracturaron una de ellas.
El joven será sepultado este viernes en el Cementerio General, tras un acto que se espera multitudinario.
El autor de la carta, que sigue a continuación es Antonio Jeréz, un actor y dramaturgo chileno que residente en España.
"Perdón, porque no fuimos capaces de mostrarte otro mundo, perdón por esa oscuridad a la que nuestra indiferencia y falta de interés te ha arrastrado.
Perdón por nuestros niños, porque siguen la senda establecida de la burla. En este mundo de la burla, los gordos, los feos, los fletos, los cojos, los tuertos, las putas, los narigones, las solteronas, los culones, los indios de mierda y los comunistas asquerosos que habitan esta incómoda costumbre chilena de encasillar y despreciar.
Perdón, porque no vivirás para disfrutar de la mano, abrazado a quien hubieses elegido para amar, una tarde de domingo.
Perdón, porque inexplicablemente volveremos a idiotizarnos con el fútbol y la farándula televisiva de turno. Y tu muerte será una cronología más de este Chile de mierda.
Perdón, porque seguiremos nuestra vida a medias, a trancazos, a bofetadas, pero siempre a medias. Y perdón, porque este país que hemos soñado se deshilvana con las ideologías de un Dios sexista, opresor y homofóbico.
Perdón por nuestras leyes obsoletas.
Perdón por nuestros chistes a la diferencia. Por nuestra superficialidad agarrada al consumo diario de tanta televisión.
Perdón por la clase política que tenemos. Una clase política que da vergüenza.
Perdón por tanto perdón, pero es que he intentado entrar en tu socorro profundo y me lo ha impedido la frialdad, el fútbol, los realities, la discriminación, la fe idiota, el sermón anticuado, la hostia recocida, el cura y la monja ignorante, el evangélico espumoso de la Plaza de Armas, el centro comercial, mis tarjetas de crédito, mi cuenta bancaria, mi ideología política y corrupta, mi gobierno fascista de turno, las tetas de la mina de la tele, el gol de Alexis Sánchez, el ovni que vio la Maldonado, la teleserie de la noche...Perdón, pero tengo que terminar de algún modo y no sé por dónde.
Perdón, porque hemos creado un Dios a nuestro antojo y conveniencia.
Perdón a tu madre por no estar en sus internos desgarrándonos con su dolor".