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Lunes 07 de mayo 2012

Fabio Capello: "Me molesta que opinen sobre mí y que interpreten mis pensamientos"

Estratega italiano exhibe sus gustos artísticos fuera de las canchas en ameno diálogo.
Fabio Capello: 'Me molesta que opinen sobre mí y que interpreten mis pensamientos'
Foto: guardian.co.uk

La gente del fútbol es dura de pelar. No suele conceder entrevistas y, cuando lo hace, espera que el periodista sea supermán, ponga la grabadora en marcha antes de intercalar los saludos protocolarios y ahí mismo, de pie como quien dice, resuelva el interrogatorio. Una ya sabía pues que con Capello la cosa estaba difícil, pero esperaba disuadirlo delante de un café, porque un café siempre viene bien, entona el cuerpo, crea el clima de complicidad necesario para entrar en faena y, según se deshace el azúcar, se deshace también el hielo de las presentaciones.

Todo esto pensaba yo mientras aguardaba a Fabio Capello adelantándome a su puntualidad. Es decir, pensaba que una entrevista requiere sosiego y en especial buena voluntad, porque si el entrevistado no pone voluntad, todo está perdido y hasta las fotos salen torcidas. Ésa es otra: teníamos que hacerle fotos a Fabio Capello. Chema Conesa había preparado todo su dispositivo fotográfico para que Capello llegara, tomara asiento y sólo tuviera que destensar un poco el entrecejo. Pero no fue así. Antes de que el entrenador conociera las pretensiones de Chema, antes de que yo pudiera alargar la mano o invitarle a café, antes de que sucediera nada, ya estaba el hombre fulminándonos con la mirada y poniendo toda clase de pegas. No hubo ocasión para disuadirle. Enfurruñado, consultó el reloj, se tocó el cuello de la camisa en un gesto de evidente contrariedad, dijo que no estaba preparado para una sesión de fotos y sólo permitió que la cámara disparase dos veces sobre su rostro. Una y dos. A continuación me miró como se mira a un enemigo y yo preparé mi cuerpo para encajar el primer guantazo. Ya no necesitaba un café. A decir verdad, en ese momento yo necesitaba el frasco de las sales: "Puede empezar a preguntar. Le concedo cuarenta minutos justos".

Pregunta.-¿No nos concede ni un minuto más?
Respuesta.-Ahora quedan treinta y nueve. Pregunte.

P.-¿Qué le empujó a hacerse torero?
R.-Pues un cúmulo de circunstancias. En principio, te tiene que gustar, tienes que sentir algo, porque si no sólo puedes sentir miedo delante de un toro, y cuando uno sólo siente miedo no hay nada. Además es un arte, una pasión, algo que llevas dentro, que te empuja. No sé cómo será lo de la droga, pero yo la primera vez que me puse delante de una becerra, cuando ya sabía torear de salón, fue una sensación tan grande para mí, tan maravillosa, me llenó tanto, que yo me creía la mujer más grande del mundo en ese momento. Sentí como que lo necesitaba para poder seguir viviendo. Yo necesitaba torear, sentir esa sensación otra vez.

P.-Me lo pone muy difícil, Fabio. Precisamente yo quería hablar bien de usted, de su porte, de su cabeza, pero lo noto tan crispado... Casi podríamos dejarlo para otro día...
R.-Mi cabeza, ¿qué quiere saber de mi cabeza?

P.-...Según le veía llegar por el pasillo me ha parecido que tenía usted una potente cabeza de patricio romano, pero creo que no es el momento más adecuado para hacer ese comentario.
R.-Otros han dicho eso ya.

P.-Qué tonta. Debí haberlo supuesto. Seguramente se lo tiene creído y hasta lo cultiva.
R.-¿Cultivar? ¿a qué se refiere?

P.-Quiero decir que a lo mejor lo explota.
R.-No. Yo no exploto mi físico. Hago lo que tengo que hacer: ducharme, afeitarme, cortarme el pelo, pero no uso cremas ni para tomar el sol... No me importa demasiado el cuidado personal.

P.-Pues me habían dicho justamente lo contrario.
R.-Aquí todo el mundo habla de mí sin conocerme.

P.-¿No es verdad entonces que valora mucho la estética, que se gasta una pasta en trajes, que le gusta dar el pego de elegante? Ahora mismo, cuando íbamos a hacerle la foto, no se encontraba usted con la ropa apropiada y...
R.-Valoro la elegancia, porque todo en la vida ha de tener un sentido, también la ropa que uno se pone para salir a la calle. ¿Cómo se dice cuando una prenda está bien compensada con otra? ¿sentido? ¿se llama sentido a eso?

P.-Armonía.
R.-Ecco. Armonía, equilibrio. Mucha gente comenta cosas de mis trajes, pero yo no soy muy aficionado a los trajes. Lo que pasa es que en Madrid hace calor o hace frío, así que con una americana vas bien a cualquier parte. En Milano es distinto. Cuando estoy en Milano mi metto un giacchettone y.... ¿como se dice giacchettone?

P.-Chaquetón, cazadora.
R.-Ecco. Cazadora. Mi metto una cazadora, o un maglione... Me gustan las cazadoras, los jerséis, las prendas que no requieren corbata. Misoni hace unos maglioni muy bonitos, informales...

P.-¿Ve? Le encanta hablar de ropa.
R.-Bueno, me gusta la ropa, la elijo personalmente y creo que entiendo algo, pero no sigo mucho la moda. Hay cosas modernas que no me gustan nada, como también hay cosas caras que me parecen horribles.

P.-¿Quiénes son sus diseñadores preferidos?
R.-Los últimos trajes me los ha hecho Palzileri, que es bastante clásico, pero mis preferidos son Armani y Gianfranco Ferré.

P.-Apunta usted muy alto.
R.-Son amigos míos y buenísimos diseñadores.

"ME MOLESTA QUE OPINEN SOBRE MI, Y QUE INTERPRETEN MIS PENSAMIENTOS"     

P.-Hábleme de sus manías. Seguro que las tiene.
R.-No me gustan las camisas blancas, prefiero las azules... Y no soporto los calcetines cortos. Cuando un hombre cruza las piernas y enseña el borde de los calcetines y los pelos de las piernas, me duelen los ojos. Es como las mujeres que llevan medias por la rodilla... Eso me parece antiestupro. ¿Se dice antiestupro?

P.-Más bien antilujuria.
R.-Los hombres con calcetines cortos también son antilujuria.

P.-¿Qué le molesta más, una crítica deportiva o un juicio estético sobre su persona? Imagine que alguien escribe: es un hombre de aspecto vulgar y hortera...
R.-No me molestaría porque no es cierto. Yo no soy un hombre vulgar y hortera. Tampoco me han molestado las críticas equivocadas de fútbol... Porque hay periodistas que escriben algo partiendo de un... ¿cómo se dice preconcepto?

P.-Prejuicio.
R.-Ecco. Un prejuicio. Eso yo no lo puedo evita
R... Lo peor es que hablen del hombre Fabio Capello sin conocerlo. Más que las críticas deportivas, más que todo, me molesta que opinen sobre mí y que interpreten mis pensamientos. Cuando sucedió el problema con el presidente Sanz escribieron cosas muy pesantes.

P.-¿Pesantes?
R.-¿Cómo se dice pesantes?

P.-Fabio, me está volviendo loca con la traducción simultánea...
R.-Eran interpretaciones molestas, por eso me enfadé. P.-¿Está insinuando que en España no le hemos comprendido?
R.-¡No! En España me ha comprendido quien ha querido comprenderme. He pasado unos meses maravillosos, he conocido lugares muy interesantes y además me he comprado una casa en Marbella. Pero el trabajo de un entrenador es un trabajo duro y para hacerlo tienes que isolarti. ¿cómo se dice isolarti?

P.-Aislarte.
R.-Si no te aíslas, estás perdido. La cabeza se desconcentra.

P.-Perdone, pero últimamente le hemos visto mucho en los toros.
R.-Sí, los toros son un patrimonio importante de la España, tienen una parte de riesgo y otra parte de baile... Cuando veo a un buen torero tengo la impresión de que baila. La corrida es el arte del toro y el arte del torero. Matar a un toro con arte me parece algo dificílisimo... También me impresiona mucho la atmosfera... ¿cómo se dice, atmosfera o atmósfera?

P.-Atmósfera.
R.-Allora, la atmósfera de la plaza es impresionante. Se juntan tantas sensaciones, tantos olores, tantas cosas...

P.-También es usted un forofo del Museo del Prado, creo.
R.-Me apasiona el arte. Antes, cada vez que pasaba por Madrid, iba al Prado... Este año, claro, he tenido la oportunidad de volver más veces. Particularmente me gusta detenerme en el periodo negro de Goya, o en determinados cuadros de Velázquez, que es el primer impresionista de la historia... Siempre hay un momento para ir al Prado y disfrutar con El jardín de las delicias de El Bosco, o con un cuadro de Antonello de Messina. Aunque los hayas visto cien veces, no importa, el espíritu siempre lo agradece.

P.-Me sorprende, Fabio: decían que no se había adaptado usted a España, que se aburría y que estaba esperando el momento de largarse.
R.-¿Ve? Hablan sin conocerme. Es mentira. He disfrutado mucho y he aprovechado mis días libres para conocer el país. Lo que más me ha impresionado de todo lo que he visto ha sido La Alhambra de Granada y el Alcázar de Segovia. El castillo de Segovia es incomparable y la Alhambra, una maravilla... Yo he viajado por todo el mundo, conozco muchos monumentos importantes, pero La Alhambra me ha impactado como pocos... Soy un entusiasta de las civilizaciones antiguas: Perú, Egipto, Grecia, China, el Islam. Todos los años invierto una parte de mi tiempo en conocer algún aspecto de las civilizaciones antiguas (Con información del diario El Mundo de España).

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