Lo primero la salud

En un reportaje de Olga Prieto en “El Adelanto de Salamanca” del pasado día 15 de Febrero (frío donde los pueda recordar) leo que en el servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario se está detectando una media de un cáncer colorrectal nada menos “al día”. Sí, uno diario. Como lo han leído.

A mí esta cifra, es decir, una media de unos 300 nuevos casos al año sólo en nuestra Salamanca (España) y supongo que incluida su provincia, me parece una barbaridad.

Contrasto los datos con la autora del reportaje y así mismo hablo con el citado hospital. La primera me confirma que los datos son ajustados a la información recibida y en el centro sanitario me indican que, efectivamente, la incidencia es muy alta y a la vez “in crescendo”. O sea, que la cosa va a más.

Inmediatamente me pongo a buscar más datos y recabar información sobre ese tipo de tumor y su aparición proporcional en el resto de España y parece ser que Salamanca como zona geográfica se desmarca de manera bastante llamativa del resto de nuestro país. Curioso o al menos, acreedor de una más amplia investigación.

Es decir que, en lo referido a los de aquí, algo estaremos haciendo mal en lo que concierne a nuestras costumbres, hábitos de vida y sobre todo, en la ALIMENTACION o bien (y no lo quiero pensar) en Salamanca confluyen aspectos desconocidos que favorecerían la aparición de ésta dolencia.

Olvido por ahora lo segundo, que ya tengo bastante con subsistir y aguantar el tipo ante lo que está cayendo y me centro en el aspecto sanitario.

Ocurre también que se trata de un tipo de cáncer que, por lo general, cuando da el aviso suele ser ya tarde y, de ahí, que los médicos de esta especialidad y responsables de los servicios hospitalarios, insistan en que la prevención y exploraciones ante la más mínima duda, sean de vital importancia para evitar males mayores.

La Sociedad Española de Oncología en su XI Congreso Nacional en 2007 ya advertía de que se trata del tumor más frecuente en España con 25.600 nuevos casos al año y que su incidencia mantenía –hace ya casi tres años- un aumento anual del 2,6%.

Con todo, esas cifras escapan también a la proporción nacional y de nuevo debo mirar objetivamente “de puertas para adentro”, es decir, a Salamanca.

Y por eso…

Insisto otra vez en que la alimentación, la mala alimentación, es un factor muy principal en esta enfermedad, por lo que mi consejo, obtenido exclusivamente de la lógica puesto que no soy profesional de la medicina pero sí de la gastronomía, sería que debemos tener especial cuidado en lo que comemos. Calidad, cantidad, variedad, son fundamentales y, por supuesto, vigilar la clase de grasas que ingerimos, sobre todo las saturadas. (Grasas animales)

Cualquier libro sobre la materia, nuestro médico y ¿cómo no? Internet, nos podrá dar unas adecuadas pautas sobre el particular. Ha llegado la hora creo, de que vigilemos muy bien lo que nos llevamos a la boca tanto en casa, cuando acudimos a un restaurante, o cuando, inconscientes, echamos mano a tanta “comida basura” como nos ofertan continuamente bien en el kiosco de la esquina, la feria de barrio, jornadas gastronómicas itinerantes o a través del más sofisticado anuncio televisivo.

Si como dice la famosa frase, “somos lo que comemos”, que nuestro alimento esté en consonancia con nuestra calidad humana.

Salamanca y su gente se merecen, nos merecemos este lujo y pienso que, al menos, por parte de las autoridades locales que tantos dineros dedican a la cultura y la promoción de nuestra tierra, apartasen alguna que otra cantidad destinada a la “educación alimenticia” de los ciudadanos. Algo ya se está haciendo pero es que, insisto, 300 nuevos casos de cáncer colorrectal al año encienden todas las alarmas.

Nota publicada en hosteleriasalamanca.es