“La bonanza económica que gozamos en nuestro país ha desnudado las falencias de nuestra administración pública. El Poder Judicial ha sido puesto a prueba y no tiene otra opción que ser una institución moderna y estar a la altura de dicho crecimiento”, comentó Enrique Mendoza durante su discurso de juramentación.
“Nuestra medición tangible debe ser lograr la confianza ciudadana que solo se legitima o valida con el trabajo bien hecho. (...) La incertidumbre, los trámites farragosos, atemorizan con toda razón a la ciudadanía”, añadió.
Finalmente dijo que el Poder Judicial presta a la Nación un servicio tripartito. “Esto se presta a través de un servicio, cuyo producto son las sentencias, que deben entregarse oportunamente. Y este producto intelectual corre a cargo de personas. Requerimos personas modestas y sencillas, que a su capacidad profesional unan virtudes de probidad”, afirmó en referencia a los jueces.